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Hambre en Gaza
El reciente informe de la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) sobre la situación alimentaria en Gaza arroja luz sobre la alarmante crisis humanitaria que amenaza la supervivencia de sus habitantes.
Alrededor del 96% de su población, 2,15 millones de personas, enfrenta altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, lo que es inaceptable, y requiere la acción inmediata de la comunidad internacional.
El derecho a una alimentación adecuada es un derecho humano fundamental reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966.
Los Estados tienen la obligación legal de garantizar el derecho a una alimentación adecuada sin discriminación. En Gaza, este derecho está siendo gravemente socavado debido a las operaciones militares y a las restricciones al acceso a la ayuda humanitaria. Desde octubre de 2023, las hostilidades han devastado los sistemas agroalimentarios, infraestructuras y suministros de agua. La destrucción de tierras agrícolas, instalaciones de procesamiento de alimentos y mercados, junto con las severas restricciones a la ayuda humanitaria, han creado una crisis alimentaria catastrófica.
Las Convenciones de Ginebra y sus Protocolos son claros: la hambruna como método de guerra está prohibida. Los ataques contra objetos indispensables para la supervivencia de la población civil, como los alimentos y el agua, son inaceptables.
En Gaza, estas protecciones no se respetan. El bloqueo militar ha restringido severamente el movimiento de bienes y personas, impidiendo la entrada de alimentos, medicinas y otros suministros esenciales. Los bombardeos y operaciones militares han destruido tierras agrícolas e infraestructuras críticas, agravando aún más la crisis humanitaria.
El impacto del conflicto en la salud y la nutrición de la población es devastador. La combinación de escasez de alimentos y una dieta deficiente ha llevado a un aumento de los riesgos para la salud, especialmente entre los grupos más vulnerables.
El consumo de alimentos a veces en mal estado, suministros y servicios públicos colapsados, junto con hacinamiento en refugios con niveles deficientes de agua e higiene, aumentan el riesgo de brotes de enfermedades infecciosas, creando un círculo vicioso difícil de romper.
El informe de la FAO subraya la necesidad urgente de que todas las partes en el conflicto cumplan con sus obligaciones bajo el derecho internacional. Deben permitir el acceso seguro de la ayuda humanitaria. Además, deben facilitar el movimiento seguro del personal humanitario y abrir todos los puntos de acceso para permitir que los alimentos lleguen a las poblaciones vulnerables.
La comunidad internacional también tiene un papel crucial. Es esencial redoblar los esfuerzos para asegurar el acceso inmediato a los alimentos mediante la asignación de recursos financieros suficientes.
El apoyo a organizaciones como FAO, el Programa Mundial de Alimentos y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, según sus siglas en inglés), vitales para la entrega de servicios esenciales en Gaza, debe ser prioritario. Reabrir el comercio de alimentos y reanudar la producción de alimentos frescos y perecederos en la propia Franja es esencial.
La Resolución 2.417 del Consejo de Seguridad de la ONU de 2018 enfatiza la relación entre conflicto armado e inseguridad alimentaria, condenando el uso de la hambruna como arma de guerra y destacando la necesidad urgente de garantizar el acceso humanitario a las poblaciones afectadas. La implementación efectiva de esta resolución es crucial para proteger los derechos de los civiles en Gaza y en otros lugares afectados por conflictos armados.
El informe de la FAO también recomienda que el Consejo de Seguridad de la ONU considere iniciar una investigación independiente e imparcial para evaluar en qué medida ha sido violado el derecho a la alimentación por las partes en el conflicto y aquellos que les brindan apoyo.
La respuesta a la crisis en Gaza no puede esperar. La comunidad internacional debe tomar medidas decisivas para proteger el derecho a la alimentación y asegurar un futuro donde la dignidad humana sea respetada y valorada en todo momento. Proteger el derecho a la alimentación en la Franja es una cuestión de urgencia humanitaria y una obligación legal. La paz y la justicia no solo son los cimientos de la ONU, sino también las esperanzas de millones de personas en Gaza que luchan por su supervivencia diaria.
La comunidad internacional no puede seguir siendo un espectador pasivo. Debe actuar con urgencia y determinación para proteger el derecho a la alimentación y asegurar un futuro donde la dignidad y los derechos humanos sean verdaderamente universales. Cada día que pasa es un día más de sufrimiento para la gente de Gaza. Es hora de que demuestre su compromiso con los derechos humanos y tome medidas concretas para aliviar esta crisis humanitaria. La historia nos juzgará no solo por lo que hicimos, sino también por lo que no hicimos.