Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
Genética Alcohólica y emocional
Soy una madre muy preocupada, ya que tengo un hijo de 22 años, buen estudiante y trabajador me acaba de dar cuenta que ha fumado marihuana, ya que le encontré una pipa en su mochila; al principio me sentí desilusionada, triste, frustrada y con mucha rabia. Me senté con él a platicar y sin pelos en la lengua le pregunté, me contesto que ha fumado solo por uso recreativo, que se sintió bien que también su novia lo hace y que todo mundo fuma, ya que hoy en día la marihuana es más barata que el alcohol y los cigarros. Por lo tanto le pido un consejo de una madre muy preocupada. Gracias por sus artículos, siempre los leo todos los domingos y lo felicito por haber retomado su vida normal.
Una madre preocupada. En mi diario vivir me toca recordar mi pasado, mis días de tormenta, inciertos, nublados, oscuros, con relámpagos, veo a mi madre, veo su riostro invadido de dolor, tristeza y decepción, su voz baja, quedita, llena de miedo frustración; ahí está invadida de impotencia, desesperada y angustiada por mi triste realidad.- Un drogadicto compulsivo en decadencia.- la veo todos los días, en esas mujeres que me hacen el favor de escribirme y platicar las andanzas de sus hijos, que me llaman por teléfono o me contactan por whatApps o Messenger, expresan la cruda realidad del infierno que están viviendo, el que yo viví e hice que vivieran mis seres cercanos, veo mi enfermedad en potencia, que para mí es perra, perra brava, cruel, progresiva, contagiosa de por vida, y yo la llamo ´La Saliva del Diablo´.
Estoy en contacto con mi enfermedad, ayudando a otros, comprendiendo que no es un resfriado ni algo pasajero; esta enfermedad, la mía, es muy compleja, es física, mental, emocional, espiritual y tiene que ver con la personalidad; es una enfermedad genética, recibimos una herencia de genes neuróticos y emocionales, somos en gran parte como eran nuestros antecesores y la ansiedad es un termómetro y una característica que no se nos enseña a manejar. Repetimos la misma historia, nuestros hijos y nietos nacen con la predisposición alcohólica; son como yo, en muchos aspectos. Son millones de seres humanos los que mueren en el mundo a consecuencia de esta enfermedad, que no sólo es alcohol y drogas, es mucho más que eso. Pretendo despertar en ti, gentil lector, una profunda conciencia para proteger a tus hijos con estos mensajes que tienen estas palabras, este texto; un alto espíritu de prevención; ése es el objetivo, entregarte una guía que evite que tus hijos sean víctimas de esta enfermedad, y quiero decirte que la prevención sí funciona y puede salvar la vida de cualquier persona. Los niños y jóvenes están muriendo, cayendo como moscas, muertos en vida, sufriendo y haciendo sufrir a sus seres cercanos; no he visto a nadie que le gane y esta enfermedad es de fondos; un adicto y la familia debemos de tocar fondos.