Entre los escombros
La incredulidad ante dos di´as que coinciden en fecha y en fatalidad.
La mirada aturdida que se eleva al cielo buscando inu´tilmente la respuesta a un "¿por que´?".
El llanto de un nin~o que no alcanza a comprender lo que ha ocurrido.
La mirada que se pierde en la noche sintiendo que el corazo´n alberga en esos momentos tinieblas au´n ma´s grandes que la misma noche.
Las la´grimas de tristeza ante una vida perdida.
Las profusas la´grimas de alegri´a ante el milagro de una vida rescatada.
La fe en un Dios al que se acude implorante en desesperada plegaria.
La comprensio´n de la fragilidad de la vida y un mayor aprecio por ella.
La fortaleza enorme que lleva a un voluntario a trabajar ignorando el cansancio y el suen~o.
La unio´n que sobrepasa todo tipo de diferen- cias.
La inquebrantable grandeza de a´nimo ante la desgracia.
La solidaridad que ha conmovido al mundo.
La generosidad que se une para hacer llegar alimentos a quienes los necesitan.
La humildad de reconocer que nuestra vida esta´ en las manos de Dios.
La reverencia ante el poder de los elementos y la madre naturaleza.
El abrazo que funde a dos seres que se reen- cuentran.
La bondad que busca consolar con una caricia el dolor inconsolable.
La belleza del ser humano que emerge cubierto de polvo y suciedad.
El amor por los animales que se buscan casi con la misma desesperacio´n que a un familiar perdido. La emocio´n que provoca un perro amaestrado
al sen~alar el sitio donde puede haber vida.
La esperanza que provoca un pun~o cerrado pidiendo silencio.
El arrojo para lanzarse desesperado a tratar de
sacar a una persona sin importar el riesgo propio. La ternura que subyuga el corazo´n cuando un
pequen~o es rescatado con vida.
La fe´rrea voluntad que sigue levantando
escombros aunque el cuerpo pida ya un descanso. El fervor al entonar un himno cuando, en iro´nica semejanza, retiembla en sus centros la tierra.
La determinacio´n que permite saber que, una vez ma´s, indudablemente, volveremos a levantarnos.
La certeza de que esta raza de bronce tiene en su interior una chispa que tambie´n sabe convertirse en antorcha, y que sobre los rai´dos ropajes de su espi´ritu herido, sabra´ vestirse sus mejores galas.
La alegri´a de un pueblo que, au´n en medio de la tragedia, se dice a si´ mismo "canta y no llores". Todo eso emergio´ de entre los escombros provocados por el temblor que sacudio´ a mi amada tierra.
Las cosas que nos dividen.
El egoi´smo.
La apati´a.
La idea de que existen "clases" que nos hacen tener diferente valor como seres humanos. El espi´ritu derrotado.
La falta de fe.
La soberbia.
La indiferencia ante el dolor ajeno.
Todo eso, ojala´ se quede enterrado entre los escombros.
jesus_tarrega@yahoo.com.mx Facebook: El Mensaje en la Botella
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