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El trabajo y la tecnología

Ciertamente la pandemia generada por el virus covid-19 ha afectado todos los ámbitos de  la vida diaria. Desde la familia hasta el trabajo. 

Hablando de la vida labora, la tecnología, con sus ventajas y desventajas, ha permitido que tengamos al alcance de la mano el acceso automático a nuestro trabajo, si nuestras actividades implican el uso de e-mails, gráficas, informes, actividades financieras, etc., o bien ya sea que nos dedicamos a un área de servicio, el estar disponible y localizable todos los días y a toda hora.

El trabajo y la tecnología

Este avance en las telecomunicaciones nos permite ser un trabajador eficiente y productivo, pero con un riesgo inminente de "esclavizarnos" y desarrollar una dependencia al rigor de nuestro trabajo que nos impide disfrutar de nuestro tiempo de esparcimiento, muchas veces interfiriendo con nuestra dinámica familiar.

Hay que tener claro que el trabajar muchos horas y con ahínco siempre traerá mayores ganancias económicas, pero también tendrá un costo, a veces se paga un precio muy alto al perder nuestro contacto con la familia, llegando a ser como un extraño que mantiene todo funcionando en el hogar, pero que no tiene ni idea de la personalidad y las cos- tumbres que están desarrollando sus hijos o su cónyuge, pues no conviven con ellos debido al exceso de trabajo.

Lo peor es cuando la salud se ve seriamente afectada y de manera irreversible por el stress que nos provocamos al tratar de estar en todo, todo el tiempo.

Un refrán muy conocido es el que dice "no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy" y si lo aplicamos a la vida diaria es de gran utilidad, pues muchas veces si dejamos las cosas para después ya no se hacen y se pierden oportunidades para avanzar en el trabajo, en los estudios, etc.

Un ejemplo muy claro lo muestra una investigación de la compañía H&R Block que reportó que durante un año se pagaron 473 millones de dólares en multas por individuos que postergaron el pago de sus impuestos para el último momento, alcanzándolos fechas y darse cuenta que el plazo permitido se les había vencido.

Los psicólogos han tratado de averiguar las causas de este comportamiento irracional, y algunos piensan que tiene que ver con que tan perfeccionista

es la persona, con el miedo que siente de fallar, o que la ansiedad lo paraliza, o por el contrario, que están como adictos a la adrenalina de sentirse acorralados con un tiempo límite para acabar, lo que los lleva a dejar todo para después.

Lo cierto es que, en la sociedad en que vivimos donde todo sucede a la máxima velocidad, donde constantemente estamos revisando la internet, el correo de voz, el radio y la televisión, es muy fácil caer en comportamientos extremos que nos perjudiquen, tanto en nuestra ética de trabajo, como en nuestra salud y bienestar.

Si sabemos que los estímulos externos nos distraen con facilidad, tratemos de aislarnos lo más posible, por lo menos durante las horas que pensamos dedicar a nuestra tarea, apaguemos el televisor, bajemos el volumen de las alertas o dejemos el celular sin sonido y si es posible en otro lugar, y comencemos a trabajar.

Y hagamos lo mismo cuando nos dispongamos a disfrutar un momento con la familia, pon el ejemplo y lograrás que tus hijos aprendan a "desconectarse" y le den la importancia que tiene a las relaciones humanas y saber dis- frutar de un merecido descanso después de trabajar arduamente.

Vive un día a la vez! ... ignite the moment!...Y recuerda que Dios te ama y yo también. 

Msgr. Juan Nicolau, Ph. D. STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.