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El libro de los muertos

  • Por: EUGENIO MILLA
  • 12 SEPTIEMBRE 2021
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El libro de los muertos

Al ir adquiriendo una noción más global de los textos básicos de la historia de la literatura servirá para ir construyendo una idea más concreta, es decir, darnos cuenta de cómo todo viene ligado desde el principio a pesar de los espacios de tiempo. 

Me parece que el culto a la muerte viene a ser una de esas cuestiones que nos hace homogéneos como seres humanos. Sin duda desde la antigüedad en casi todas las culturas se ha tenido en consideración dar mucha importancia al acto de morir.

Lo podemos ver en este caso en particular donde lo más celebrado sin duda es la momificación de los cuerpos. Otros ejemplos de ritos fúnebres, solo por mencionar algunos los podemos ver de manera más natural en los ritos prehispánicos de las culturas indígenas mesoamericanas.

Es gracias a estos cultos que los mexicanos tenemos una relación muy, pero muy íntima con la muerte. Simplemente para muestra un botón; cada principio de noviembre en México se celebra el culto a la muerte y llegan personas de todas partes del mundo a verlo, menos ahora con la pandemia. 

Retomando el tema, El libro de los muertos o más bien El libro de la emergencia a la luz fue parte de una tradición de textos fúnebres iniciada por dos escritos importantes; El Texto de las pirámides y El Texto de los sarcófagos. Era común encontrarlos en forma de jeroglíficos en los famosos sarcófagos y escritos en las pirámides de los antiguos faraones. 

En sí el libro era una especie de guía que indica al difunto qué hacer para volver a salir a la luz. Es decir, era un instructivo de cómo moverse en el inframundo.

La primera etapa de la muerte según los antiguos pobladores del delta del Nilo consistía en ser presentado a juicio con Osiris, deidad principal a quien podemos identificar como el sol. En dicho juicio el corazón del pasante era puesto en una balanza puesto en contra de la pluma de la verdad. 

Dentro del juicio participaban Anubis, dios con cabeza de chacal encargado de sopesar el corazón en una balanza mientras que el dios Tot al que se puede identificar por tener la cabeza de un ibis, anotaba el resultado del pesaje.

Si el corazón resultaba más ligero que la pluma, al pasante se le permitía seguir con su travesía por el inframundo. De lo contrario, si el corazón era más pesado el pasante era devorado por Ammyt, una perturbadora criatura con cuerpo de león y cabeza de cocodrilo.

Cuando niño recuerdo que ver la imagen del juicio fue impactante, de hecho fue lo que despertó mi curiosidad acerca del culto a los muertos en Egipto. Después del juicio, el pasante tendría que pasar por la Duat, una especie de inframundo para así después viajar al Arau en la otra vida.

El libro de los muertos versión moderna data de la dinastía XXVI, organizado en 189 capítulos. Y está dividido en cuatro secciones.

La primera sección que abarca hasta el capítulo XVI habla de cómo el difunto después de ingresar en la tumba desciende al inframundo y de la forma en que el cuerpo empieza a recuperar la movilidad y la facultad de hablar.

La segunda sección que abarca de los capítulos XVII-LXIII, se hace mención del origen divino de los dioses y de cómo el pasante es obligado a vivir de nuevo para renacer con el sol de cada día.

Los capítulos contenidos en la tercera de estas secciones que van del LXIV al CXXIX hablan del viaje que hacen los pasantes a bordo del arca solar con destino a ser presentados ante Osiris.

Y la última sección que termina en el capítulo CLXXXIX habla de cómo el pasante tras haber sido reivindicado por la máxima deidad pasa a formar parte del universo de los dioses. Esta parte también habla del equipo que el difunto necesitará para su eterno viaje.

Para explicarme mejor el libro era personalizado dependiendo de las necesidades del cliente. Dentro del universo de los egipcios se conocían alrededor de 192 sortilegios los cuales estaban destinados para distintas funciones, entre las cuales las más comunes estaban las que ayudarían al difunto a no perderse en el inframundo o tener control del mundo que lo rodea y también habla de los destinados a la conservación del cuerpo a través de la eternidad.

Para concluir con el artículo me despido esperando que tengas una semana muy aprovechada y llena de mucha lectura y descubrimiento. 

Un abrazo Grande. Aprovecha cada día al máximo, “Carpe Diem” y también “Carpe Nocte” ¿por qué no?

¡Hasta la lectura siempre!

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