El Efecto Boomerang
Las relaciones comerciales entre México, Canadá y Estados Unidos atraviesan un momento tenso. Las recientes amenazas de Donald Trump de imponer un arancel del 25% a productos mexicanos han generado respuestas contundentes. La presidenta Claudia Sheinbaum subrayó que estas medidas no sólo afectarían a México, sino también a las cadenas de suministro estadounidenses, encareciendo productos clave. Por su parte, el pri-
mer ministro Justin Trudeau advirtió que los aranceles impactarían directamente a los consumidores en Estados Unidos, elevando los precios de manera significativa.
En este contexto, resulta fundamental analizar quiénes serían los principales afectados por estas decisiones y cómo estas medidas podrían desencadenar un "efecto boomerang" que golpee a las mismas economías que buscan proteger.
Gran parte de los bienes importados desde México provienen de empresas estadounidenses con operaciones al sur de su frontera. Estas empresas, atraídas por la proximidad geográfica y los costos de producción competitivos, han establecido cadenas de suministro que dependen de la integración entre ambos países.
Un arancel del 25% elevaría los costos de producción de sectores clave como el automotriz, el electrónico y el agroindustrial. Según datos recientes, el 40% de las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos contienen insumos estadounidenses, lo que significa que las barreras comerciales afectarían también a los fabricantes del norte.
Los aranceles no solo afectan a las empresas; los consumidores en Estados Unidos también pagan el precio. Productos como aguacates, carne, tequila y autopartes, esenciales en el comercio bilateral, verían incrementos en sus costos. Esto podría traducirse en precios más altos en supermercados y restaurantes, lo que impactaría directamente el bolsillo de los ciudadanos estadounidenses.
En este caso, los principales afectados por los aranceles serían las mismas empresas y consumidores estadounidenses que el discurso promete proteger. Al encarecer los bienes importados, se reduce la competitividad de los productos fabricados en Estados Unidos y se crea un desincentivo para las empresas que operan en México.
Para México, la amenaza de aranceles es también una oportunidad para diversificar sus mercados. La reciente participación de nuestro país en el CPTPP abre nuevas puertas en Asia y Oceanía, y refuerza la importancia de construir relaciones comerciales sólidas fuera de América del Norte.
México enfrenta un momento clave para redefinir su papel en el comercio internacional. Más allá de los desafíos, esta coyuntura es una oportunidad para fortalecer su posición como un socio confiable y estratégico en el escenario global.
El comercio no solo conecta mercados; construye relaciones y define el futuro de las naciones. Las decisiones que se tomen hoy no solo deben responder a las necesidades inmediatas, sino también trazar un camino hacia alianzas duraderas y beneficios compartidos. En un mundo interdependiente, la verdadera fortaleza de una nación no está en imponer barreras, sino en abrir puertas que impulsen el progreso mutuo.
El auto es consultor en Comunicación Política.
