De cultura, muertos y otros "desvividos"

México tiene muchas opciones, pero de algo estoy seguro: nuestra nación saldrá adelante porque, más allá de las narrativas, la realidad siempre supera a la ficción.  

Con certeza, por supuesto, los Estados Unidos son superiores en poder financiero y capacidad de fuerza. Aquí es difícil -ojalá nadie se ofenda- concebir que, por decreto verbal o por la intervención de la Virgen de Guadalupe de Extremadura, España, clonada como la Virgen del Tepeyac, nos vaya a salvar. 

Y es que, como nación, nuestros gobiernos bien podrían rezar en coro en los últimos años como si se tratara de un grupo gospel: "Yo, pecador, confieso ante Dios Todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor". Sin embargo, en geopolítica, eso tampoco va a jalar. 

Ayer, algunos tomaron como broma -y otros como entreguismo- lo que escribí: ¿no sería mejor que nuestro país reenfocara su política interna en algo simple? Pasar de las culpas anacrónicas y de las exigencias absurdas de perdones locos a un "Let´s make México great again".  

Es decir, pasar del populismo cortoplacista a políticas que nos permitan, junto con nuestra gente y nuestros valores, "Hacer que México vuelva a ser grande". 

Lo somos, pero personalmente tengo claro que es desde el centro de México donde, con sus excepciones, todos los gobiernos federales frenan nuestra grandeza. Esto mientras no atendamos, literalmente, lo frágiles que son los cuentos infantiles de los Libros de Texto Gratuitos. 

Si nos abrimos, si mínimamente leemos y comprendemos la sarta de "mitos que nos dieron traumas" -como lo señala el libro objetivo de Juan Miguel Zunzunegui- otro gallo nos cantaría, y seríamos  una fuerza mucho mayor de lo que somos. Insisto: nuestra fortaleza está en los estados, no en el centralismo. 

Hace unos días leíamos que, en el Plan México, el gobierno busca convertir a la economía mexicana en la número 10 del mundo desde el sitio 12 que ocupa actualmente. Podemos hacerlo, por supuesto, pero sin tirar el dinero ni regalar los recursos de los contribuyentes para la compra de caguamas. 

Estoy de acuerdo en apoyar a todos los mexicanos que se han partido el lomo por nuestra patria, pero no a diestra y siniestra. Sobre todo, cuando el dinero se distribuye maliciosamente en busca de votos, y no por méritos laborales o estudiantiles. 

En mi entorno hay muchos casos de personas mayores que aman a AMLO, pero que, al mismo tiempo, se quejan de que el trato no es parejo. Dicen que los jóvenes no valoran el dinero del gobierno y lo tiran en cerveza o cigarros, por mencionar lo menos. Pero bueno, es la herencia con la que lucha Claudia Sheinbaum Pardo, quien está lidiando con un pasado que la hizo ser figura nacional. 

Siempre diré que a ella la salvará su educación superior y su voluntad y de reconocer que el pasado no debe ser su legado. 

Por cierto, estoy realmente contento porque las políticas públicas del Dr. Américo Villarreal Anaya, como gobernador, tienen eco en todos los ámbitos, ahora en el Congreso de Tamaulipas. 

Llámenme anciano, lo acepto: tengo casi 60 marzos -por si quieren anticipar los regalos-, pero esta semana me quedo con el júbilo de que, a nivel nacional y estatal, Tamaulipas ya se integró a la prohibición de la basura musical en eventos populares. 

En nuestra época había historias, corridos y escritos con valores donde efectivamente había "desvividos", pero nunca con el extremo explícito y el burdo lenguaje que vemos ahora. 

Adiós a todo lo que promueva la apología del delito, narcocultura o haga referencias a drogas, armas y delincuentes. Y yo agregaría: ¿por qué no apagar también el "switch" de todo lo malo en aras de la educación, como un bien superior para todos los mexicanos? 

Aclaro que siempre ha existido la pornografía en la literatura, pero antes había poesía; ahora, sobra materia de intestino grueso. Sabemos que es negocio, y control social, por esos existen los adefesios musicales, los tumbados y los alterados, pero el gobierno tiene la palanquita. 

Nostra Política: "La cultura es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir": — Milan Kundera. 

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