Columnas > FRANCISCO NORIEGA OROZCO
Cuentas claras
2025 marca el inicio de un capítulo crucial para Tamaulipas. El estado merece seguir avanzando con gobiernos e instituciones que no sólo rindan cuentas, sino que lo hagan con claridad y propósito, que convierta los números en historias de esperanza y transformación.
Por eso, hoy, más que nunca, la Auditoría Superior del Estado (ASE) está comprometida en ser un instrumento de cambio, fortaleciendo lo que hemos iniciado: hacer de la transparencia una norma; de la rendición de cuentas, una herramienta de confianza y del combate a la corrupción, un camino hacia un futuro más justo. Como lo ha dicho David Colmenares, auditor superior de la Federación, el verdadero éxito de la fiscalización se mide en cifras claras y en la confianza que los ciudadanos depositan en sus instituciones.
Este año, con este principio como brújula, nos propusimos consolidar el esfuerzo realizado en materia de fiscalización, innovación tecnológica, abatir el rezago, profesionalizar más el servicio público y convertirnos en un gran aliado de los ciudadanos para hacer de la transparencia motor del bienestar de las y los tamaulipecos.
En un mundo complejo, donde se ha demostrado que las irregularidades en el manejo de los recursos públicos frenan la prosperidad de las comunidades, algunos dirán que cuentas claras es un ideal inalcanzable, pero Tamaulipas, al igual que otras cinco entidades,( CDMX, Querétaro, San Luis Potosí, Yucatán y Quintana Roo) están demostrando lo contrario. En octubre de 2024 la Auditoría Superior de la Federación reconoció ante la Cámara de Diputados que estos estados no tuvieron cuentas observables, fueron entidades intachables en el segundo informe de una fiscalización rigurosa y moderna.
En un entorno donde gran parte de los recursos auditables suelen enfrentar serias observaciones, Tamaulipas ha dado un paso al frente en cuentas claras. Este hito no es casualidad, es producto de un trabajo arduo, de un compromiso firme y una transformación interna que ya está dando frutos, así como de un ejercicio ético de hombres y mujeres comprometidos con el bienestar de sus comunidades.
En Tamaulipas entendemos que cuentas claras no son sólo dos palabras, sino una herramienta que mejora vidas.
David Colmenares lo dice claro: "La fiscalización es una responsabilidad colectiva, donde los gobiernos, las instituciones y los ciudadanos deben trabajar juntos para garantizar que cada peso cumpla su propósito."
Por eso, hemos trazado cuatro líneas de acción que nos diferencian del pasado:
· Tecnología para la transparencia: Modernizamos nuestras auditorías con herramientas digitales.
· Capacitación y colaboración: Más de 330 servidores públicos y 38 alcaldes han sido capacitados para gestionar recursos con eficiencia y honestidad.
· Cero tolerancia a la corrupción: Hemos dejado atrás las auditorías "de chocolate" y trabajamos en el rezago para hacer cumplir la ley con rigor e imparcialidad.
· Participación ciudadana activa: Porque la transparencia no se decreta, se construye con el compromiso de todos los tamaulipecos.
Los resultados están ahí: municipios mejor capacitados, recursos públicos auditados con rigor y un reconocimiento federal que respalda el trabajo de la ASE. No hablamos de anhelos, sino de hechos que están convirtiendo a Tamaulipas en un referente nacional.
2025 es oportunidad para consolidar estos avances y demostrar que la transparencia puede transformar no sólo gobiernos, sino miles de vidas, porque cada peso bien invertido es una familia con agua potable, un joven que puede estudiar, una mujer con más derechos sociales, un adulto mayor con más expectativa de vivir y una comunidad que prospera. Cuentas claras no es una opción, es un deber ético y democrático. Donde hay cuentas con claridad y propósito, hay progreso compartido.
Con esta visión, en la ASE de Tamaulipas trabajamos para que el estado sea un ejemplo de integridad, imparcialidad y profesionalismo administrativo, porque la transparencia no es sólo un deber del gobierno, es un derecho de la ciudadanía. Sigamos avanzando con la certeza de que un Tamaulipas mejor no es sólo posible, es inevitable.
Construyamos ese puente juntos. Convirtamos la transparencia en la nueva normalidad, porque un estado honesto, eficiente y comprometido no es sólo un sueño: es nuestra realidad y es nuestro futuro. Vamos por cuentas claras para seguir transformando vidas.