¿Cuántos regalos me conviene darle a mis hijos esta Navidad?

Ya estamos en cuenta regresiva del festejo de la Navidad. El fin de semana pasé "de rápido" a comprar un dispositivo electrónico para las vacaciones y debo confesar que fui el más ingenuo del planeta. Las filas eran interminables y había incluso quienes llevaban hasta dos carritos con regalos. 

Ustedes ya me conocen y ni al caso que les saque un choro del consumismo, la verdad es que ni me van a pelar y al final del día todos hacemos lo que nos da la gana, ¿o no? Sin embargo, no estaría de más que consideren la cantidad de regalos que les gustaría que sus hijos, particularmente menores de 15 años recibieran.

Hagamos un recuento. Los niños reciben regalos de la tía, de la madrina, los abuelos, tu mejor amiga (que por cierto también le dice tía), el intercambio de la familia y por supuesto el arsenal de obsequios de tu parte. ¿Cuántos regalos al final reciben? (A ojo de buen cubero) ¿8, 15, 20? Y te diré una realidad: ¡tu hijo sólo jugará con uno! 

Créeme, no tiene caso que sobregires tus tarjetas, ni que te endeudes como si no hubiera un mañana. Como te expliqué, tus hijos recibirán un par de regalos adicionales. Por lo tanto, regálale a tus hijos únicamente tres cosas. Leíste bien, dije sólo tres y sigue este criterio:

Regálale algo que desee profundamente. Por ejemplo, aquel juguete espectacular que le dé mucha ilusión. Tal vez aquel juego de vídeo o aquel aparato con el que tanto ha soñado. 

Regálale algo que necesite. ¿Calzones, pijama, una chamarra o un par de zapatos? Leíste bien. Aquí el factor de la ilusión no tiene nada que ver. No importa que cuando abra el regalo te haga cara de perro, ni modo, que con su pan se la coma. 

Regálale algo que le haga bien a su mente o a su alma. ¿Un rompecabezas, un juego inteligente de mesa, una alcancía, una cuenta de banco con 10 dólares (para fomentar el ahorro), un rosario, un libro de salmos? Tampoco importa que te vuelvan a hacer cara de perro. Te aseguro que el primer juego que recibieron (y por el que tenían mucho anhelo) compensará los otros dos regalos "raros." 

Exagerar en los regalos que les das a tus hijos cero les ayuda a su autoestima. ¿Sabes qué logras al sobresaturarlos? Que no tengan llenadera en la vida y que de grandes les cueste trabajo tomar decisiones. 

Si tú les quieres dar lo que "tú no tuviste," observa que bueno fue no tenerlo todo y hoy eres una persona de éxito, con sentido de responsabilidad y esfuerzo. Te lo digo con toda autoridad: "Ningún niño se trauma por no recibir una docena de regalos." Si acaso te harán una rabieta, pero si tú no te enganchas con su berrinche, le estarás ayudando a que conozca la frustración y la aceptación desde temprana edad. 

Recuerda que tu labor es educarlos y no sólo consentirlos. Entre más frágil e inconsistente seas con ellos más probabilidad hay de qué se conviertan en hijos verdugos y te puedo asegurar que el el precio es muy alto. Empieza a poner límites desde ahora, empezando por ti #Anótele ¡Felices Fiestas! 

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