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COCAINA: Los estragos amargos de mí adicción II

  • Por: ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
  • 18 SEPTIEMBRE 2020
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COCAINA: Los estragos amargos de mí adicción II

Obsesión desmedida

Fueron días, noches de mucha compulsión, esta obsesión mata y te quita el sueño, me llené de pretextos para salirme de casa, salía en las madrugada sin hacer ruido, durante el día mi asistente iba por los pases, es increíble todo lo que hice por la sustancia; una vez hubo un evento público, fui por mero compromiso y me topé con un empresario muy famoso de la radio, yo estaba lleno de ansiedad, había estado sin nada por casi tres horas, sin tener posibilidades de ir a inhalar al baño, además no traía ni un chirris de coca, y esta persona, muy amable e interesado en platicar conmigo, me invitó a comer, me insistió mucho, y le dije que no, para mí era más necesario ir en busca de la cocaína, que platicar con el magnate de la radio, lo desprecié como cualquier mujer desprecia a su pareja, años después, busqué de nueva cuenta esa oportunidad, lo fui a buscar a la ciudad de México, ya limpio, libre de drogas y le pedí que me diera una cita, misma que jamás me dio, luego, tiempo posterior, volví a buscarlo para que me diera un programa de radio en la ciudad de México y fui rechazado, como yo lo rechacé a él en su momento y lo cambié por cocaína. Dejé ir infinidad de oportunidades, un día, no llegué a una cita a Palacio de Gobierno, se me olvidó y cuando recordé, las puertas no se abrieron, yo no me di cuenta de mi autodestrucción, no me percaté de los severos daños que me causaba ser cocainómano.

Fuerte dependencia a la droga

La cocaína atrofia mi cerebro, acelera mi ritmo cardiaco, me chupa la energía, lesiona severamente mi cuerpo y cuando mi organismo se acostumbró a la sustancia, establecí una dependencia muy fuerte hacía el polvo blanco, a grado tal que cuando no me anestesiaba y me alcoholizaba, mi resistencia era menor al alcohol, se me subía más rápido, me emborrachaba sin sentido, me caía, me golpeaba y dependía de la maldita cocaína para estar bien, por favor léase entre comillas. Una vez, en la Feria de San Marcos, salimos de la ciudad de México, otros cocainómanos y yo a la ciudad de Aguascalientes, no llevábamos ropa, ni cepillo de dientes, únicamente la idea de ir al despapáye a la Feria de Ferias y el perico, la cocaína, se nos había acabado, cuando llegamos me emborraché, fui a dar a un hotel de mala muerte y luego de dormir un par de horas, salimos de nuevo al reventón, hice tantas cosas como esta, pedí prestados diez mil pesos y me los dieron, mismos que se fueron en apuestas, tragos, mujeres y todo el kit, luego, en el juego a la ruleta, le pegué en seco al 8 negro, me gané una muy buena apuesta y contraté un taxi, para que desde Aguascalientes, me llevara a la ciudad de México, llegué a casa de mis papás, sin dinero, sucio, con una cruda moral espantosa.

Sangre y Cocaína

Tengo con frecuencia sueños que se convierten en pesadillas, me veo atascándome del polvo blanco, unas veces me sabe a gloria, otras lo repudio, me da asco, mis sueños son recurrentes y me despierto sudando, lleno de ansiedad y le doy Gracias a Dios, porque solo fue un sueño, luego, de repente me sale sangre de la nariz y ésta corre por mis labios y lengua, aún siento la anestesia, me revive la sensación de cuando usaba droga, mis labios se adormecen y mi lengua distingue ese sabor a cocaína que es inconfundible, sé que la droga aún está en mi sangre, según e investigado, las sustancias tóxicas tardan más de 25 años en desprenderse del cuerpo, y yo estoy invadido de las grasas del alcohol, de la morfina, del cigarro, de las pastillas, y claro, de toda la porquería de la cocaína, me pegan los olores, olfateo los químicos cuando huelo a una persona después de fumar, su aliento destila esos químicos que yo conozco a la perfección, es decir, los cigarros, tienen 9 componentes con los que procesan la cocaína, por eso son altamente adictivos. No puedo permanecer mucho tiempo en farmacias y hospitales, mis nauseas me ponen mal, tengo una huella de memoria de olores a las drogas que me metía.

Nadie escarmienta en cabeza ajena

La cocaína es una droga muy peligrosa, a mí me robo todo, es súper adictiva, he conocido a infinidad de adictos que han muerto de paros cardiacos y respiratorios, yo me volví loco, vivo de milagro, sé que de recaer, no voy a poder salir del hoy, soy compulsivo y estoy severamente dañado, el gran mediocre sigue dentro de mí y no quiero que despierte, yo no puedo ni con un mini chirris.- Solo por hoy no.- Me volví loco, mis pensamientos obsesivos, psicóticos, patológicos, mi mente enferma, estaba hundido en depresión, dormía con dos cuchillos en las manos, generando que me iban a matar y toque fondos muy crudos y tristes, puedes ver mi recamara llena de ropa y platos sucios, sangre en fundas, sabanas y calzones, los vasos medios llenos, medios vacíos, duraba días enteros sin salir de mi cuarto, todo el tiempo, topado, alcoholizado, drogado, perdido, me convertí en el hombre del mañana, en un mitómano, neurótico empedenido, maniaco depresivo, mecha corta, y cuando doy el mensaje de lo que me paso, de cómo la cocaína aniquilo mi vida, vivía para drogarme y me drogaba para vivir, la cocaína, se convirtió en mi esposa, mi amiga, mi novia, mi amante y mi todo.- ernestosalayandia@gmail.com 614 256 85 20

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