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COCAINA: Los estragos amargos de mí adicción

  • Por: ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
  • 17 SEPTIEMBRE 2020
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COCAINA: Los estragos amargos de mí adicción

A mí, la cocaína me arruinó mi vida, me robó la armonía, mi paz, dañó severamente mi mente, me enfermé, me volví loco, gracias al abuso desmedido en mi consumo, me robó el sano juicio, mis actitudes fueron en muchos casos incongruentes, infantiles, extraños, le di todo el poder a mí adicción, dominó por completo mi vida, fue la cocaína, mi novia, mi amante, mi esposa, mi compañera, mi amiga, lo fue todo, le juré amor eterno, le entregué lo mejor de mi vida y me tumbó al sótano, casi me mata, fueron segundos, minutos, horas, meses, años que le regalé y me arruinó la vida, descalcificó mis huesos, se llevó mis dientes, junto con la vitalidad de mi hígado y páncreas, por supuesto, me abandoné a mí mismo, esta maldita droga es sumamente obsesiva y créelo, cuando me echaba el primer pase después de haber tenido 5 o 7 días de abstinencia, lloraba de impotencia porque ya sabía que no iba a parar en días enteros, que me iba a estar atacascando, inhalando cada 20 minutos y sucedería lo de siempre, no comía, no dormía, no vivía y mi corazón y mente totalmente acelerados, enclochado, sin poder mover la mandíbula, las manos entumidas, la lengua atorada y caía a la cama, agotado con las fosas nasales tapadas de tanta porquería, casi sin poder respirar.- Hoy sé, que sí se puede con la cocaína, al menos, solo por hoy, podré con cualquier obstáculo que impida mi libertad y vivir mi vida feliz y en armonía.

Golpe tras golpe

No me di cuenta, cuando de repente la cocaína ya había generado severas consecuencias en múltiples sentidos, por ejemplo, la pérdida de tiempo, en andar buscando dinero o esperando a que llegara, luego, ir en busca del pucher o diller a comprarle una buena dosis del polvo blanco, se me iban las noches enteras consumiendo, dormía de día, la cocaína, me hizo irresponsable, no acudía a mis citas, o iba drogado, moqueando, me robó mi salud mental, mis pensamientos obsesivos, mi celotipia infernal, mi conmiseración y un mundo de energías que desbordaba por sistema, con mis pensamientos psicóticos, patológicos y esta droga, no perdona, me hizo trizas, destruyó mi imagen, públicamente causaba un fuerte impacto debido a lo delgado que estaba, pesando menos de 50 kilos, amarillo seco, ojeroso, débil, muerto en vida, mi adicción a la cocaína me arrebató el sentido del humor, la alegría y la felicidad, yo era la tristeza andando, no dabas por mí un cacahuate y  mi decadencia fue muy rápida, después de haberlo tenido todo, no era más que un gran mediocre sin nada, viviendo un verdadero infierno con pérdidas tras pérdidas, por ello, comprendo que esta enfermedad es de fondos, debes de hacer y vivir las crisis para salir del hoyo, solo de esa manera salí adelante y solo por hoy, soy libre de cocaína, alcohol, depresión, celos y otras sustancias tóxicas.

La Cocaína, peligrosa y súper adictiva

Viví episodios de verdadero terror, di a mi familia un infierno, las llamas de mi adicción los lastimaron, llenándolos de miedos, angustia, decepción, dolor y tristeza.- Maldita cocaína.- Hundido en la adicción, le di la espalda a todos, me volví mentiroso, todo lo hacía a escondidas como cualquier engañifa, aparentando ser lo que no soy, falso, decía.- Es que no tengo sueño.- Cuando mi mujer me preguntaba.- No te has dormido? o por qué no quieres comer?. Cuando me sonaba constantemente la nariz.- Tengo catarro y me justificaba una y otra vez, diciendo falsedades, ocultando mi verdad, y ahora lo sé, que no se vale mentir a quien te ama, no traicionar a quien te ha dado amor, no se vale, la doble cara, sé también, que en esta vida todo se paga, tarde que temprano la paga y yo pagué la factura, a un precio muy alto, gracias a mi extremadamente adicción, la droga, de por sí es demasiado placentera, más cuando no tiene tantos cortes, es decir, rebajadas con las porquerías que le ponen, como acetona, bicarbonato, aspirinas, anfetaminas, veneno para ratas y otros. Los delirios de persecución, delirios auditivos y visuales, son otros de los regalos que las cocaína me hicieron, me hacía sentir que me iban siguiendo. Cuando iba manejando, imaginaba que me querían secuestrar, cuando entraba a un cuarto de hotel, igual, escuchaba pasos y pensaba que iban por mí a matarme, entraba al baño de los aviones e inhalaba, me sentía observado, pensaba que, en la cabina, el piloto, me veía coqueando.ernestosalayandia@gmail.com 614 256 85 20 

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