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Bonds, un desastre como coach de bateo

Coral Gables, Florida (VIP WIRE). TODA LA SEMANA SERÁ del Correo, por exceso de correspondencia. Pero, si no me informaste desde dónde escribes, no puedo contestarte.

Mario A. Castillo, de Hermosillo, envía una nota titulada, "How Fernando drew thousands of extra fans (Cómo Fernando produjo millares de fanáticos extras)", escrita por Mike Petriello. Incluyen una frase atribuida a Jaime Jarrín...: "Estoy seguro de que ningún otro pelotero en la historia de las Mayores ha creado más fanáticos que Fernando Valenzuela. Ni siquiera Sandy Koufax, Don Drysdale, Joe DiMaggio y Babe Ruth". Fernando convirtió en fanáticos a mucha gente de México, Centroamérica y Suramérica".

Bonds, un desastre como coach de bateo

Y Mario le puso a todo un titular suyo que dice...: "A mucha gente sabemos que le molesta pero ésta es la realidad".

Amigo Mayo...: A mí me molestan muy pocas cosas. Y tonterías como esa, ni me van ni me vienen. La barbaridad que dice Jarrín es explicable porque él desconoce la historia del beisbol. Se hizo narrador de los Dodgers, siendo ecuatoriano y sin saber nada del beisbol, por pura casualidad. Seguro que no podría contar quiénes fueron, Koufax, Drysdale, DiMaggio, ni Ruth.

Bernardo Casablanca, de Culiacán, pregunta...: "¿Por qué Barry Bonds no es coach de bateo de algún equipo, ya que fue tan buen bateador?".

Amigo Bernie...: Voy a dejar que te responda, David Samson, quien era presidente de los Marlins en 2016, cuando Bonds fue coach de bateo de ese equipo, durante una temporada...:

"Fue totalmente inefectivo. Durante los juegos se echaba a dormir en el clubhouse. Fue un completo desastre y le pagamos millón y medio de dólares".

Douglas Martínez, de Guatire, pregunta...: "¿Cuándo y por qué a los jugadores de los Yankees les prohibieron el uso de  la melena, la barba, el bigote? Porque comparados con los demás equipos, son un elegante y bonito espectáculo".

Amigo Doug...: Hasta 1961, cuando Charlie O. Finley compró a los Atléticos, prohibían a todos los peloteros de las Mayores y las menores, tanto las melenas como las barbas y los bigotes. Pero Finley trataba de que su equipo se hiciera notar por muchos medios, incluso permitiéndoles todo eso. Protestó, alegando que la prohibición violaba la privacidad de los jugadores e hizo concursos para premiar al mejor bigote en su roster. Ganó el relevista Rollie Fingers, con uno de puntas muy largas, engomadas y elevadas. Desde entonces, ya vez cómo vamos. Algunos peloteros me recuerdan a Blakaman.

ATENCIÓN.- Por Google, el archivo de "Juan Vené en la Pelota", en "el deporte vuelve a unirnos".

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.

jbeisbol5@aol.com

@juanvene5