Amar, honrar y compartir el estado de cuenta de la tarjeta

Es conveniente que cuando las parejas se preparan para hacer sus votos matrimoniales tengan una charla sobre un tipo especial de fidelidad, o, mejor, de infidelidad: la infidelidad financiera.


Un estudio realizado por Harris Poll para el National Endowment for Financial Education encontró que dos de cada cinco estadounidenses que tienen una pareja con la que comparten sus gastos e ingresos admitieron haber mentido a su pareja o haberle escondido información financiera.

El fenómeno está al alza: 42% de los encuestados admitieron haber cometido una infidelidad financiera comparado con el 33% de hace dos años.

Este engaño puede ser de diversas clases: puede ser algo menor, como esconder una compra, o puede ser algo mucho más significativo como esconder una cuenta bancaria. Algunas veces, trae sorpresas agradables, como cuando se esconde dinero para sorprender a la pareja con un viaje o un regalo, pero quienes estudian estos comportamientos dicen que generalmente se trata de asuntos más turbios. Expertos consultados dicen que la infidelidad financiera, sin importar su tamaño, puede causar daño a una relación. Incluso, puede provocar una ruptura.

El estudio del National Endowment, un patrimonio autónomo para financiar la educación en Estados Unidos, encontró que la ofensa más común es esconder dinero o bienes a la pareja: 39% de los encuestados escondieron una compra, una cuenta bancaria, un estado de cuenta de una tarjeta de crédito, una deuda, o dinero en efectivo. Un porcentaje menor, el 16%, cometieron una ofensa más grave: mentir acerca de la cantidad de una deuda importante o sobre cuánto dinero ganan.

“Cuando uno acuerda a compartir el dinero que se gana con la pareja, también se está acordando a cierto grado de cooperación y transparencia en el manejo del dinero”, dijo Ted Beck, el presidente del National Endowment. “Así vemos como la implícita promesa de ayudarse se destruye con estos engaños”.

Es muy fácil esconder dinero en la era digital: los recibos pueden ser enviados por mensajes de texto, los estados de cuenta de las tarjetas de crédito pueden llegar vía email, sin deja un rastro en papel.

Aunque esa es una de las causas, Paul Golden, vocero del National Endowment, dice que no se sabe exactamente cuál es la razón por la que estos engaños financiera están al alza. Lo que sabe es que ocurren más en los casos en que las parejas comparten sus ingresos y gastos y sólo uno de los dos tiene la responsabilidad de manejar el dinero. Golden dice que si ambas personas están involucradas en el tema, se crea un sistema de “balances, pesos y contrapesos”.

Este engaño parece no parece distinguir género: 46% de los hombres han mentido a su pareja acerca de sus finanzas y 38% de las mujeres, sin importar su edad, aunque la práctica es más común entre los adultos jóvenes, con 61% de los casos ocurridos a parejas que tienen entre 18 a 34 años.

Los problemas frecuentemente no salen a la superficie hasta que un evento importante llega a la vida de la pareja, como la compra de una casa, un carro o una refinanciación. Algunos encuestados sólo descubrieron el engaño hasta que empezaron los trámites de divorcio o hasta que uno de ellos muere.

El estudio encontró que, en la mayoría de los casos, el engaño le hizo daño a la relación: provocó peleas, falta de confianza, e incluso, el divorcio. Un pequeño porcentaje de los encuestados dijo que el tema los acercó mucho más porque los forzó a lidiar con problemas financieros como pareja.

La plata es un tema de pelea en las relaciones de pareja, dice Sonya Britt, profesora asociada de finanzas personales en la universidad de Kansas State, y que se ha especializado en consejería sobre asuntos financieros para parejas que pronto van a contraer matrimonio. Sus investigaciones han mostrado que pelear acerca del dinero es uno de los principales predictores de divorcio.

“Socialmente estamos educados para no hablar de plata”, dice Britt. “Cuando las parejas están saliendo, no tienen las conversaciones que deberían tener acerca del dinero. Así que cuando ya viven en el mismo hogar, ese tema lo afrontan con mucha más intensidad”.

Como sucede con muchas relaciones, la comunicación es clave.

Para las parejas que apenas empiezan una vida en común o para las que se están recuperando de un engaño financiero, los pasos a seguir son similares: empezar a hablar francamente del tema, llegar a un acuerdo, y hacer seguimiento cotidiano.

Eso no quiere decir que las parejas tienen que contarle al otro sobre cada centavo que se gastan. El National Endowment dice que cada pareja tiene que encontrar su propio manejo presupuestario y monetario. Lo mismo sucede con el umbral de lo que cada uno puede gastar sin tener que informar a otro y que depende de cada relación.

Pero hay buenas noticias para los que se van a casar pronto. Una investigación realizada por Experian, una firma que reporta créditos malos, encontró que las parejas están más dispuestas a hablar de sus finanzas después de la recesión que inició en 2008. Pero Sandra Bernardo, gerente de educación al consumidor de Experian, dice que las charlas aún no son lo suficientemente abarcadoras.

“(La plata es) un elemento importante en un matrimonio y hay que pensar acerca de los objetivos de cada pareja”, dice Bernardo”. “Tarde o temprano se va a tener que hablar del tema y se va a tener que abordarlo. Y es mejor hacerlo más pronto que tarde”.


Amar, honrar y compartir el estado de cuenta de la tarjeta