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2023: Y México olía a pólvora
Cerremos el 2023 con varias certezas, por ejemplo, que más allá de la política electoral, los mexicanos somos el resultado de una conducción perniciosa de los gobiernos de las últimas nueve décadas.
No vamos a filosofar, pero hablar de fraudes presidenciales, de sus políticas educativas y económicas es parte de un lugar común para mis lectores desde 1986 a la fecha.
Decía el periodista Jesús Quintero, además de escritor, QEPD, expresaba con pesar, al hablar de la ignorancia colectiva lo siguiente:
"Siempre ha habido analfabetos, pero la cultura y la ignorancia siempre se habían vivido como una vergüenza, nunca como ahora la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en su jodida vida".
"De no importarle nada que pueda olerle levemente a cultura o que exija una inteligencia mínimamente superior a la del primate. Los analfabetos de hoy son los peores, porque, en la mayoría de los casos, han tenido acceso a la educación, saben leer y escribir, pero no ejercen".
"Cada día son más y cada día el mercado los cuida más y piensa más en ellos, la televisión ( las redes, la prensa, la radio) cada vez se hacen más a su medida".
Lo dijo para el mundo y, en mi caso, estoy cierto que con sus excepciones de Asia y de algunos países nórdicos; la mayoría del planeta se mueve en estos parámetros de control social.
Y no decimos que está mal promover en la sociedad la fiesta y la felicidad; sin embargo, creo que los extremos siempre han dejado una mancha, y más en nuestras naciones latinas, o específicamente en México, donde hacemos celebración, por décadas, del Tango Cambalache de Enrique Santos.
"¡Dale nomás! ¡Dale que va! ¡Que allá en el horno nos vamo a encontrar! ¡No pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao...!"
"Es lo mismo el que labura, noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley...".
Y no me lo tomen a mal, o que tenga visos de amargura, solamente que nuestras sociedad podría estar mejor, pero bueno; el que quiera que se asome a las distintas áreas de la cultura, el arte y quizá coincidan, el que, en aras de la libertad de expresión, lo que sobra es basura.
Hemos sobrevivido por décadas y seguramente lo seguiremos haciendo por muchas más, porque somos una nación joven, fértil y de una fuente inagotable de creatividad que es una esponja.
Una sociedad "feliz" a la que le basta poquito, además de estar educados para el aplauso fácil. Ya decía Octavio Paz en su poema Intermitencia del Oeste:
"Mi abuelo, al tomar el café, me habla de Juárez y de Porfirio, los zuavos y los plateados. Y el mantel olía a pólvora. Mi padre, al tomar la copa, me habla de Zapata y de Villa, Soto y Gama y los Flores Magón. Y el mantel olía a pólvora".