Tarde de terror en el Bajío con 3 detenciones
Queman una docena de vehículos en carreteras del triángulo que forman Celaya, Juventino Rosas y Salamanca
Ciudad de México
La detención de tres presuntos criminales este domingo en la región del Bajío, en Guanajuato, destapó el terror en la entidad, particularmente en el triángulo que forman Celaya, Juventino Rosas y Salamanca, sede de una las principales refinerías de México. A lo largo de la tarde, viajeros y conductores compartieron videos de vehículos ardiendo en diferentes carreteras de la zona, alimentado una sensación de caos y zozobra común en el Estado. Además, criminales asesinaron a un bombero, que iba en camino a atender uno de los incendios.
Las autoridades no han dado demasiada información sobre los hechos. La Secretaría de Seguridad del Estado informó el domingo de la detención de los tres presuntos criminales. "Derivado de patrullajes implementados por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, en coordinación con la Fiscalía, luego de que los elementos estatales repelieron un ataque armado, se logró la captura de tres integrantes de un grupo delictivo que opera en la región", señala la dependencia en un comunicado.
La secretaría explicó también que, derivado de esas detenciones, integrantes del mismo grupo criminal incendiaron vehículos en carreteras de la zona y arrojaron "estrellas ponchallantas" en las vías. La dependencia no explica si estas agresiones eran un intento para evitar el traslado de los detenidos, o una simple rabieta; solo dice que la "situación fue controlada de manera inmediata". La Fiscalía no ha dado información de lo ocurrido.
La geografía de los eventos de ayer permite apuntar al grupo criminal que se hace llamar Cartel Santa Rosa de Lima, que durante años ha mantenido una pugna con grupos que reivindican las siglas del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Persisten las dudas sobre la importancia o no de estos nombres. La detención de líderes de uno y otro grupo no ha significado una disminución palpable de la violencia. Guanajuato es uno de los Estados que más violencia homicida registra cada año desde hace varios. Ello, pese a la boyante industria automotriz, turística y agrícola que existe en la región.
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Hay ejemplos evidentes que ilustran el postulado anterior. La detención del líder del grupo de Santa Rosa de Lima, José Antonio Yepez, alias El Marro, hace tres años y medio, no parece haber tenido demasiada influencia en las dinámicas criminales de la zona. La extorsión y el menudeo de drogas, particularmente la metanfetamina, existen más allá de las batallas de los cabecillas temporales de los grupos. Y mientras, la violencia sigue, entre masacre y masacre.
No hace todavía un mes de la última gran masacre en Guanajuato, perpetrada por un grupo de hombres armados, contra un grupo de jóvenes que se había reunido para celebrar una posada en el vecino pueblo de Salvatierra. Los criminales dejaron 11 muertos y otros 14 heridos, después de disparar casi 200 balas. El motivo: que los asistentes a la fiesta no habían dejado entrar antes a los otros.