Salvan médicos del IMSS ojo de motociclista
Viajar en moto, sin el equipo de protección adecuado, le pudo costar la vista y hasta la vida
En mayo de 2022, Ignacio, de 28 años, chocó con otra moto y salió proyectado, todo el golpe fue en la cabeza y el rostro. Su ojo izquierdo fue el más afectado.
- GUADALAJARA, Jalisco
En mayo de 2022, Ignacio, de 28 años, chocó con otra moto y salió proyectado, todo el golpe fue en la cabeza y el rostro. Su ojo izquierdo fue el más afectado.
Debido a la gravedad de sus lesiones, el joven fue trasladado de Tabasco, donde ocurrió el percance, al IMSS Jalisco, donde fue atendido por un equipo interdisciplinario que tenía un único objetivo: salvar su ojo y su vida.
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El jefe del área de Neurohemodinamia y Terapia Endovascular Neurológica del Centro Médico de Occidente, José Raúl Neri Alonso, informó que debido al traumatismo craneoencefálico frontal que sufrió Ignacio, requirió de una estancia en terapia Intensiva y la realización de una traqueostomía, para que pudiera respirar.
"El accidente provocó una especie de fuga, en Medicina la conocemos como fístula, entre la arteria carótida que lleva sangre al cerebro y el sistema de drenaje venoso alrededor del ojo", explicó el especialista.
"Esto causó que el globo ocular se hinchara y se proyectara hacia afuera; estaba rojo, causaba dolor y la sensación era punzante, además de que estaba en riesgo de que el problema se extendiera al ojo derecho y de que la fístula provocara una hemorragia cerebral".
Desde su llegada la Centro Médico se hicieron una serie de valoraciones de muy alta especialidad, entre las que destaca la panangiografía, estudio que permite determinar con precisión cuáles son las estructuras arteriales y venosas involucradas y, por lo tanto, el tratamiento más indicado para intervenirlo.
Tras los resultados de los estudios se realizó un procedimiento de terapia endovascular y se cerró la fístula, con resultado exitoso.
A finales de mayo Ignacio dejó el hospital, pero el riesgo no había pasado, pues requeriría de terapia y rehabilitación.
Tras ocho meses, Ignacio superó la prueba, su evolución fue satisfactoria a tal grado que pudo retornar con éxito a su vida familiar, laboral y social.
Ignacio reconoció que, de haber traído el casco, las consecuencias no hubiera sido tan severas, por lo que instó a quienes usan este medio de transporte a invertir en equipo de seguridad, pues es la diferencia entre la vida y la muerte.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los cascos aportan una capa adicional a la cabeza y, de ese modo, protegen de alguna de las formas más graves de traumatismo cerebral.
En tanto que, datos de la Cruz Roja Jalisco, revelan que el 60 por ciento de los traumatismos craneoencefálicos que atiende son causados por percances en moto; al día, llegan a atender hasta cinco siniestros de este tipo.