Política internacional del presidente de EU: Sembrar el caos y la distracción
Los líderes mundiales observan el enfoque destructor de Trump hacia algunas instituciones gubernamentales estadounidenses y se preguntan sobre aquellas del orden posguerra fría
El presidente estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca en Washington.
Los saudíes están furiosos. Los daneses no saben qué hacer. Colombia ha retrocedido. México y Canadá están entre tener y no tener aranceles. China ha tomado represalias, desencadenando una guerra comercial entre las superpotencias económicas. Los británicos, siempre orgullosos de su "relación especial" con Estados Unidos, están recurriendo a su tradición de diplomacia discreta.
Es como si el presidente Donald Trump hubiera lanzado una bolsa de canicas a través del escenario global, bajo los pies de líderes extranjeros que a menudo han avanzado juntos a lo largo de ocho décadas de orden global posguerra.
Todos, parece, están respondiendo a Trump, incluso el líder de Australia, cuando la semana pasada le pidieron su reacción después de que Trump anunciara que Estados Unidos "tomaría control" de la devastada Franja de Gaza y la convertiría en la "Riviera de Oriente Medio".
"No voy a, como primer ministro de Australia, dar un comentario diario sobre las declaraciones del presidente de Estados Unidos", declaró Anthony Albanese a los periodistas.
Reconocido públicamente o no, los líderes mundiales están observando el enfoque destructor de Trump hacia algunas instituciones gubernamentales estadounidenses y se preguntan sobre aquellas del orden posguerra fría: ¿Qué pasa con los roles de Estados Unidos en la OTAN, las Naciones Unidas, el Banco Mundial y otros pilares del orden internacional?
Sobre la OTAN, Trump ha cuestionado durante mucho tiempo el valor del pacto y ha amenazado con no defender a los miembros de la alianza que no cumplan con los objetivos de gasto en defensa.
En su primer día de regreso en la Oficina Oval, Trump comenzó a retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud por segunda vez, un acto que dejaría a la agencia de la ONU sin su mayor donante. Los líderes de la OMS se reunieron para responder y pidieron a los diplomáticos que presionaran a Washington para revertir la decisión de Trump. Un enviado alemán se preocupó: "El techo está en llamas".
"Las acciones de Trump presagian un cambio permanente, no solo un interruptor que se vuelve a activar en cuatro años", escribió Heather Hurlburt, experta en asuntos políticos e internacionales de Chatham House, un centro de estudios en Londres.
Fuera de los círculos de liderazgo, cualquiera que dependa de la ayuda estadounidense para alimentos y medicinas está enfrentando las implicaciones de no tenerla después de la iniciativa de Trump para desmantelar USAID y su misión de seis décadas de estabilizar países mediante la ayuda humanitaria.
"Estamos esperando las decisiones, pero no somos muy, diría yo, optimistas", indicó Arjana Qosaj Mustafa de la Red de Mujeres de Kosovo, un grupo paraguas de 140 ONGs. "Pero, no obstante, somos resilientes. Así que intentaremos hacer lo mejor posible".
Envalentonado por su reelección y con ayuda de Elon Musk, Trump ha desatado su caos característico por distracción en el mundo.