Confesión de crimen organizado en Nueva York
Jairo Sáenz admite crímenes asociados con la pandilla MS-13
Enero 15, 2025 -
CENTRAL ISLIP, Nueva York.- Un miembro de la pandilla MS-13 en Nueva York se declaró culpable el martes de crimen organizado y otros cargos federales en un caso que involucra siete asesinatos, incluidos los de dos chicas de secundaria, que centraron la atención de la nación en la violenta pandilla callejera centroamericana.
Jairo Sáenz, de 28 años, presentó su declaración en el tribunal federal en Central Islip en una audiencia a la que asistieron miembros de su familia y algunas familias de las víctimas.
En la audiencia, Sáenz admitió que cometió los crímenes y que sabía que estaban mal después de que su abogado leyera el relato de los asesinatos en Long Island, justo al este de la ciudad de Nueva York.
Sáenz, originario de El Salvador, será sentenciado el 13 de junio y enfrenta de 40 a 60 años de prisión, como parte del acuerdo de culpabilidad aprobado por el juez.
Los fiscales han dicho que él era el segundo al mando en una célula de la pandilla que operaba en Brentwood y Central Islip, conocida como Sailors Locos Salvatruchas Westside. Su hermano, Alexi Sáenz, líder de la célula, previamente se declaró culpable de cargos similares y será sentenciado en los próximos días.
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Los hermanos han admitido que ordenaron o aprobaron los asesinatos de rivales y otros que faltaron el respeto o tuvieron conflictos con la célula, a fin de ascender en la jerarquía del grupo y fortalecer su reputación.
La familia y los abogados de Sáenz no hicieron comentarios fuera del tribunal, pero los padres de dos de las víctimas dijeron que deseaban que se le hubiera impuesto una sentencia de cadena perpetua.
"Fue algo de justicia, pero no lo que yo quería", expresó George Johnson, padre de Michael Johnson, de 29 años, quien fue golpeado y asesinado a puñaladas en Brentwood en 2016. "Al menos no está en la calle para lastimar a nadie más".
Elizabeth Alvarado lamentó que su hija Nisa Mickens estuviera a sólo un día de cumplir 16 años cuando sufrió un destino similar en septiembre de 2016. "Eso realmente dolió porque ella tenía muchos sueños", aseguró fuera del tribunal. "Quería ser veterinaria, quería ser enfermera, como yo y su padre. Hay tantas cosas que me estoy perdiendo".