La controversia de Leonard Leo en la isla Mount Desert
El conservador Leonard Leo y su influencia en la Corte Suprema de EE. UU.
Noviembre 29, 2024 -
NORTHEAST HARBOR, Maine.- Cuando Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos este mes, la mente de Caroline Pryor pensó inmediatamente en el hombre que vive camino abajo: Leonard Leo.
Pocas personas en el país han hecho más para impulsar las causas conservadoras que Leo. Hace años, el entonces desconocido abogado conservador comenzó a ejecutar un plan que ha ayudado a remodelar los tribunales estadounidenses y la política republicana, un empeño que culminó con el nombramiento de tres jueces conservadores en la Corte Suprema en el primer mandato de Trump.
El éxito sacó a Leo de las sombras, convirtiéndolo en un héroe para los conservadores y un villano para los liberales. Pero para sus vecinos, en una isla poco poblada frente a la costa de Maine, la ecuación es más complicada. Leo y su familia se mudaron a la isla Mount Desert en 2020, en busca de una vida relativamente anónima entre sus sencillos residentes permanentes. Un refugio que no ha resultado ser eso.
La presencia del conservador —a pesar de su significativa contribución caritativa a organizaciones sin fines de lucro locales y de efectuar grandes gastos en la zona— ha generado fisuras en un lugar conocido por su tranquilidad. Esa ansiedad sólo ha aumentado desde la victoria de Trump.
"Se siente muy personal", dijo Pryor, de 65 años, que ha vivido en la isla durante cuatro décadas. "Él viene a una pequeña comunidad tranquila en el extremo más nororiental del país y hace este malvado trabajo de gran alcance que va a afectar a tantos millones de personas, pero él quiere simplemente vivir esta vida anónima y tranquila".
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Esos sentimientos fueron palpables en una fresca mañana de octubre, apenas dos semanas antes de las elecciones de noviembre. Con la luz del sol que parpadeaba a través de las hojas amarillentas, Pryor y una docena de personas más —principalmente mujeres— se reunieron afuera de la finca de Leo para protestar durante el maratón anual de la isla.
Llegaron armados con un títere caricaturesco de tamaño natural de Leo, un arco decorado con los colores del arcoíris por el que los corredores pasaban, y tiza azul y rosa con la que escribieron eslóganes —"Eres increíble, Leonard Leo no lo es"— de un lado a otro del camino. Hacían sonar campanas de vaca mientras una radiograbadora emitía sonora música de Dolly Parton, Taylor Swift y Queen.
"Estamos haciendo que la gente de la isla sepa quién es él, y podrían cuestionarse el aceptar su dinero", dijo Mary Jane Schepers, una de las manifestantes, mientras instaba a los corredores a hacer gestos obscenos hacia la casa de Leo. "Están aceptando dinero sucio".
En respuesta a una serie de preguntas escritas, Leo dijo que "realmente nunca había pensado" si su mudanza a la isla provocaría oposición.
"Aunque no estoy de acuerdo con ellos y con lo que algunos de ellos hacen y dicen, son personas creadas por Dios con dignidad y valor, y su presencia ha sido una invitación a rezar por ellos", escribió Leo. Rechazó una solicitud para entrevistarlo.
El dinero genera controversia
Leo, de 59 años, y su familia han vacacionado desde hace décadas en la isla Mount Desert, un lugar idílico conocido por su belleza rocosa, sus playas azotadas por el viento y el afamado Parque Nacional Acadia.
En 2018 compró una finca de estilo Tudor de 3,3 millones de dólares y 743 metros cuadrados (8.000 pies cuadrados) en Northeast Harbor, una de las localidades más acaudaladas de la isla Mount Desert. Algunas de las personas más influyentes y ricas del país —herederos como John D. Rockefeller Jr., multimillonarios como Mitchell Rales y celebridades como Martha Stewart— han buscado privacidad y anonimato en la isla.
La reacción a la llegada de Leo fue rápida. Al año siguiente, manifestantes acudieron a su casa mientras él organizaba un evento de recaudación de fondos para la senadora republicana Susan Collins. Pronto atrajo más protestas cuando fue invitado a presentar al entonces presidente de The Heritage Foundation —un centro de investigación conservador— en una universidad cercana, ante lo cual la institución le retiró la invitación.
Las protestas crecieron cerca del final del primer mandato de Trump y se intensificaron después de que la Corte Suprema —en la que predominan los conservadores— anulara en 2022 el derecho constitucional al aborto.
El objetivo inicial de los activistas era ambicioso: convencer a Leo de que se fuera. Cuando eso falló, modificaron su enfoque a informar a los residentes sobre quién era el hombre en la mansión de estilo Tudor.