Escena

Más vivas que nunca nuestras tradiciones con la celebración a la muerte en México

Cientos, quizá miles, de “catrinas” y “catrines” desfilaron desde el Hemiciclo a Juárez en la Alameda Central rumbo al Zócalo de la Ciudad de México hasta llegar a donde se encuentra la megaofrenda diseñada por el artista plástico mexicano Felipe Ehrenberg.
  • Por: Agencia NTX
  • 02 / Noviembre / 2015 -
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Más vivas que nunca nuestras tradiciones con la celebración a la muerte en México

El ambiente festivo fue la constante en el bullicioso desfile, con el objetivo de festejar y honrar el Día de Muertos, el gobierno capitalino preparó para este fin de semana un ambicioso programa de actividades artísticas que comenzó al mediodía en el Centro Cultural José Martí, localizado a un costado de la Alameda Central, hasta donde llegaron familias completas para ser maquilladas a la usanza de estas fechas.

PERSONAJES DE POSADA

Para ello las autoridades culturales de la capital del país convocaron a la población para que participara portando disfraces y caracterizaciones que evocaran a los personajes que tanta fama granjearon al grabador mexicano José Guadalupe Posada, como “La Catrina”, “El Catrín” y otros con los que criticó a la sociedad pudiente de principios del Siglo XX.

Quienes decidieron sumarse a esta celebración arribaron alrededor de las 18:00 horas al Hemiciclo a Juárez, ya maquillados (gratuitamente o por su cuenta).

UN RÍO

A las 19:00 horas en punto el río de “Catrinas”, “Catrines” y otros personajes arrancados a famosos filmes de Hollywood, así como alebrijes grandes y chicos, con luz y sin ella, iniciaron la marcha. Recorrieron Avenida Juárez para entrar por la calle del 5 de Mayo.

Por ahí siguieron y en su camino arrastraron a más personas disfrazadas de los personajes más variados.

Al llegar a la gran plancha, los personajes rodearon la “Magna ofrenda 1985-2015. Treinta años de memorias”, que fue inaugurada con una ceremonia con concheros como símbolo de las danzas que dieron origen al país.

Además de quienes integraron el largo desfile, un nutrido público asistió tanto al periplo como a la verbena popular que se armó en el Zócalo.

Los no disfrazados se inclinaron por tomarse la foto del recuerdo con las “catrinas”. A los ojos del público, las calacas lucieron bastante atractivas, adecuadamente vestidas y aún mejor maquilladas.

El desfile y la llegada a la Plaza de la Constitución fueron amenizados por bien afinadas bandas musicales, a cuyo compás bailaron los 10 alebrijes monumentales y 10 luminosos del Museo de Arte Popular.

Bastó que el contingente pisara el Zócalo para que 600 concheros, hombres, mujeres, niñas y niños, hicieran el ancestral ritual de inauguración de la magna ofrenda.

Más vivas que nunca nuestras tradiciones con la celebración a la muerte en México

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