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Fundación de Reynosa

Durante el evento del Bicentenario participó una orquesta formada por músicos que trabajaban en los clubs y restaurantes de la ciudad; la mayoría de ellos vivían en las inmediaciones del barrio Cantarranas

Primer festejo público de la fundación de Reynosa en la plaza de la comunidad de Reynosa Díaz, 14 de marzo de 1966. Foto Jesús Cavazos.Fundación de Reynosa

Durante la historia de esta región norteña, los habitantes de Reynosa han pasado por diferentes circunstancias, a veces aterradoras y otras de gran abundancia y alegría. Hace 275 años, los primeros 223 habitantes de la villa vivían en la planicie fluvial del río, bajo la zozobra causada por las impredecibles crecientes del río Bravo. 

Fue a los cincuenta años de la fundación de la villa, en 1799, que los pobladores pidieron el traslado del primer asentamiento a las Lomas de San Antonio, siendo este lugar donde se encuentra actualmente está moderna ciudad. Este suceso fue apresurado por las inundaciones de 1802.

Durante el convulsionado siglo XIX, las circunstancias más aterradoras para los pobladores fueron las epidemias que mataron de la noche a la mañana parte de la población de la villa, mucho más que las continuas guerras de ese siglo. 

En las siguientes líneas damos a conocer las contrastantes circunstancias que vivieron los habitantes, al cumplir Reynosa el centenario y bicentenario de su fundación. 

El Centenario

En los primeros días del mes de marzo de 1849, apareció uno de los peores brotes de “cólera morbus” en la villa de Reynosa. El alcalde, Francisco García, le pedía al párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, que suspendiera el toque de dobles de campanas, que hacían concurrir al vecindario cada vez que fallecía un difunto de cólera. El ayuntamiento trataba de que los vecinos no se contagiaran de la enfermedad. Le pedían al cura que no saliera de la villa, pues podría enfermarse.

En un principio, el ayuntamiento pensó que los síntomas no eran mortales, cuando atacó a las primeras personas del vecindario. Otro brote de cólera había ocurrido en Reynosa en el año de 1833.

El día 9 de marzo de 1849, el alcalde escribía al gobernador de Tamaulipas diciéndole: “hoy hace ocho días, que el cólera morbus ha hecho sentir en este pueblo sus terribles efectos. Aunque hasta esta fecha van muertas de 15 a 20 personas, parece que cada día toma más fuerza…” Dramáticamente don Francisco explicaba: “careciendo esta población de buenos facultativos de medicinas y otras cosas necesarias, espera indefensa el golpe mortal que la hará sucumbir…” 

El alcalde explicaba el día 15 de marzo de 1849, que “ha llegado entender esta corporación que, en el cementerio de esta villa no caben las personas que día a día están muriendo y que, para hacerlo se tiene que desenterrar algunos de ellos…” Debido a esto, el panteón fue ampliado 10 varas más hacia el sur en ese entonces. El sitio de ese panteón estuvo por la calle Aldama, donde está actualmente la escuela primaria Club de Leones.

Así como llegó, la epidemia de cólera desapareció a finales del mes de marzo de 1849. Esto fue lo que sucedió en el Centenario de la fundación de la villa de Reynosa.

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Plano del trazo del primer asentamiento de la villa de Nuestra Señora de Guadalupe de Reynosa.

Jauja económica en 1949

Una de las fiestas más memorables para los reynosenses fueron los festejos del bicentenario de la fundación, que se celebraron durante tres días, del 13 al 15 de marzo de 1949. Todavía no habían pasado los cuatro años desde que había finalizado la Segunda Guerra Mundial, el turismo y auge algodonero se encontraban en su máximo esplendor. Don Manuel Garza Zamora, quien había servido como Senador de la República, era el presidente de la Cámara de Comercio de Reynosa

Para ese entonces “Petróleos Mexicanos” estaba perforando nueve pozos en los Campos Francisco Cano, Reynosa, el Brasil y el 18 de marzo; todavía no se construía la refinería en Reynosa. Se calculaba que eran cerca de mil hombres los que trabajaban en los campos petroleros de la intendencia. 

La carretera Monterrey-Reynosa estaba recién inaugurada, conectando a los regiomontanos con la ciudad de McAllen. A principio de la década de 1940, los hermanos Garza Cantú habían fundado los Transportes del Valle, los cuáles daban servicio a pasajeros desde Reynosa a Nuevo Laredo. Al mismo tiempo el Sr. Epigmenio Leal Puentes tenía los Transportes Reynosa, San Fernando, Ciudad Victoria S. de R. L. Dentro de la ciudad, el servicio de pasajeros era cubierto por los Transportes Urbanos de Cd. Reynosa del Sr. Ignacio Icaza, desde 1939.

El Sr. Magallón Valdivia había adquirido un nuevo equipo con una potencia de 1,000 watts para su Radiodifusora X.E.A.Z., la cual se convertiría en la X.E.R.T.; se escuchaba en la frecuencia 590 AM. En esta difusora trabajaban los locutores José Guadalupe Ochoa, Antonio Karam Kalifa, Roberto Bolado, Esteban Villarreal y el propio Magallón. 

Este último personaje había trabajado en la Radiodifusora americana X.E.A.W. de Reynosa, considerada una de las más potentes en el continente para finales de la década de 1930, cuando pasó a ser propiedad de una compañía americana que manejaba también los refrescos Dr. Pepper. Desde sus inicios en 1926, esa radiodifusora fue de varios propietarios, antes que fuera removida de la calle Ocampo a lo que es ahora la colonia Aquiles Serdán; ahí alcanzó a tener doscientos mil watts de potencia y se escuchaba en todo el planeta. Este ícono en la historia mundial de la radio, fue removido de Reynosa al inicio de la Segunda Guerra Mundial.

El Bicentenario

El Bicentenario ocurrió en tiempos del presidente Miguel Alemán Valdés. El Estado de Tamaulipas en ese entonces era tutelado por el gobernador interino, General Raúl Gárate Legleú, y el ayuntamiento de Reynosa era presidido por el Sr. Alfredo Ramírez García.

Al principio llegó la Antorcha con el Fuego Sagrado a la Plaza Principal, donde se mantuvo el fuego por los tres días que duraron las fiestas del aniversario. A medianoche y un minuto del 14 de marzo de 1949, el presidente municipal izó la bandera nacional dando inicio a los festejos.

Esa primera noche, después del saludo del presidente municipal, Sr. Alfredo Ramírez, el Lic. Carlos González Zamora abordó la tribuna con una emotiva reseña histórica sobre la ciudad de Reynosa, enfatizando las aportaciones como ciudad al país. Una banda de música enviada por el gobierno del Estado de México, amenizó esa noche y durante los festejos que siguieron.

En las festividades estuvieron presentes alumnos uniformados de las escuelas oficiales y particulares. La escuela secundaria José de Escandón funcionaba desde el 4 de diciembre de 1939 y era entonces dirigida por el Profesor Juan N. Martínez. En ese mismo plantel se impartían los cursos del bachillerato desde el 23 de septiembre de 1946.

Don Arnoldo de Gárate Chapa, quien tenía unos 13 años de edad en ese entonces, nos narró que una entusiasta muchedumbre se reunió en la plaza de toros Reynosa, donde el gobernador general Raúl Gárate coronó a la reina de los festejos, Enedina I. 

Don Arnoldo nos contó que, durante el evento participó una orquesta formada por músicos que trabajaban en los clubs y restaurantes de la ciudad; la mayoría de ellos vivían en las inmediaciones del barrio Cantarranas. Bajo la dirección de Crispín López amenizaron música clásica en la plaza de toros; recuerda también la participación de las “Hermanitas Gutiérrez,” miembros de una famosa familia de músicos conocida como “Los Porrones.”

Uno de los eventos más atractivos fue el desfile de carros alegóricos, que según nuestro amigo don Rigoberto de la Viña partieron desde la plaza que se llamaría más tarde Niños Héroes. El desfile se dirigió por la calle Francisco I. Madero para voltear hacia el norte por la calle Hidalgo; los carros giraban por la calle Morelos para pasar por el palacio municipal. Elementos de McAllen, Texas, participaron en el desfile con carros alegóricos y bandas de música. 

Don Rigoberto, hizo remembranza sobre la participación de bastoneras de las escuelas norteamericanas que encabezaban las bandas de música por las calles de Reynosa. Don Ángel “El Nene” González de los Santos Coy (q.d.e.p.), nos relató hace un tiempo que su hermano Simón fue el chambelán que acompañó a la reina Enedina I. Jorge “El Yorgo” Orfanós Faraklas (q.d.e.p.), amigo de toda la vida de “El Nene,” en una forma chusca nos contó que Simón era el único joven en todo Reynosa que contaba con un esmoquin para tal tarea.

Dentro del programa de festejos, hubo carreras de caballos que se celebraron en lo que era el campo militar. Este se localizaba en lo que es ahora los terrenos de la pretérita Refinería de Reynosa, por los edificios administrativos en el boulevard Lázaro Cárdenas; ahí se encontraban los edificios del campo militar de Reynosa.

En el centro de la ciudad se amenizaron bailes rancheros y verbena popular; el festejo se prolongó hasta el día 15 de marzo por la mañana.

Nos platicó don Rigoberto de la Viña, que ya se celebraba el aniversario de la fundación con una comida en la casa de la familia de don José María Garza Zamora en Reynosa Díaz. El reconocido fotógrafo, Jesús Cavazos Reyes, nos explica que el primer aniversario donde se dio el primer almuerzo en la plaza de ese poblado fue el 14 de marzo de 1966, en tiempos del alcalde Rodolfo Garza Cantú. La ceremonia y el almuerzo en Reynosa Díaz para dar inicio a la celebración de la fundación, es una tradición que perdura hasta hoy día.

Durante el Bicentenario de la fundación de Reynosa en 1949, contemplamos la abundancia que ofrece estas latitudes. En el mes de marzo, un siglo antes, Reynosa se encontraba inmersa en una de las varias pandemias que ha sufrido en su historia, tema que será retomado en otra ocasión.