Las mujeres del calvario
El Cristo ensangrentado y flagelado que carga la pesada cruz en su espalda durante el pesado camino al monte Calvario es una imagen icónica del Viernes Santo.
Descendimiento de Cristo (1540-45), del italiano Bronzino, es ejemplo de la inspiración artística en las mujeres que acompañaron a Jesús al Gólgota. Foto: Especial
Sin separarse del Mesías, llaman también la atención unas personas que sufren y lloran ante el sacrificio de Jesús, y son mujeres.
La lista incluye a la Virgen María, María Magdalena, Marta y María de Betania (hermanas de Lázaro, el resucitado), y María de Cleofás (tía de Jesús), señala Francisco Casillas López, coordinador del Departamento de Espiritualidad Universitaria para el Servicio de la UDEM.
Ellas son importantes en la vida de Jesús, no solo en este episodio final, argumenta el también especialista en filosofía. En consecuencia, su presencia no debe ser minimizada.
"Las mujeres muestran una gran valentía. Ellas se quedaron con Cristo cuando algunos apóstoles se escondieron, temerosos", dice el hermano marista Jorge Mejía Duclaud.
"Estas creyentes eligieron acompañar al Salvador con plena conciencia de que, por seguirlo, podían ser arrestadas y enjuiciadas".
En esta jornada del Triduo Pascual, los expertos discuten el papel que ellas jugaron en las últimas horas de Jesucristo.
TESTIGAS DE LA CRUZ
En el contexto histórico en el que se escriben los Evangelios, las mujeres no tenían un papel importante en la sociedad, explica Mejía Duclaud.
Por lo tanto, dice, el hecho de que se les menciona por nombre en las Sagradas Escrituras es sumamente significativo.
"Tal vez los textos no lo dicen, pero hay argumentos de que hubo mujeres presentes en la Última Cena", dice el también es experto en ciencias espirituales.
Es posible que estas figuras, especialmente la Virgen María, ya presentían el fatídico desenlace de la llegada de Jesús a Jerusalén, puntualiza Casillas López, "y es que hay una actitud fundamental que todas comparten: comprenden la trascendencia de la vida y la misión de Jesús.
"Esta actitud femenina sigue en la actualidad, con las creyentes que mantienen viva la fe en sus hogares".
La fortaleza que muestran la Virgen María y las demás mujeres enfrenta su máxima prueba en la Pasión de Cristo.
"¿Pero por qué estarían ahí, arriesgándose?", cuestiona Mejía Duclaud. "Están convencidas de que Jesús es alguien a quien vale la pena seguir, y se sienten tan identificadas con Él y tan valoradas que están dispuestas a ser aprehendidas".
En esta escena de dolor también aparece una figura que, en un momento de compasión, limpia el rostro de Jesús para que siga su camino al Calvario.
"No hay rastro de quién es en realidad la Verónica", admite el especialista, "pero el gesto de acercarse a un condenado con el rostro desfigurado por la sangre y los golpes es significativo. Esto da un sentido de profunda piedad, de aliviar un poco el dolor de Jesús".
Pero la labor de las mujeres del Viacrucis no para ahí, pues de acuerdo con las Escrituras, se levantan temprano el domingo para terminar el proceso de sepultura de Jesús, comenta Casillas López. No obstante, encuentran el sepulcro vacío.
"Ellas son las primeras testigas de Cristo resucitado, las primeras en anunciar la buena nueva", agrega. "Una vez más, esto denota fortaleza y su importancia en la vida de Jesús".
DE GIOTTO A BOTERO
Más allá de su mención en los Evangelios, el arte sacro se encargó de inmortalizar a las mujeres presentes en la vida de Jesús, indica la historiadora de arte Antonia Chiappini.
"Cuando pienso en mujeres y Viacrucis viene a mi mente la 'Lamentación sobre Cristo Muerto', de Giotto" menciona.
La obra, pintada entre 1305 y 1306, se encuentra en la Capilla de los Scrovegni de Padua.
"Es fundamental porque rompe con la iconografía sin expresión de la Edad Media para mostrarnos el sufrimiento de los personajes, sobre todo la Virgen".
Y es que María, madre de Jesús, y María Magdalena son figuras preponderantes en el arte sacro, por lo que vale la pena su análisis, dice la especialista.
"Si nos vamos al Renacimiento encontraremos representaciones más humanas, y esto lo digo entre comillas porque se empieza a idealizar la belleza", indica.
En consecuencia, obras como "La Piedad", de Miguel Ángel, muestran a María joven y hermosa, con un Jesucristo atlético en brazos.
Los mismos principios de belleza aplican en la ilustración de María Magdalena, aunque la forma en la que se le plasma está fuertemente ligada con su fama de prostituta redimida.
"En las imágenes de María Magdalena notaremos que tiene el cabello suelto y rizado mientras que las otras mujeres tienen un velo", comenta la historiadora de arte. "Esta referencia (del cabello) se asocia con la prostitución".
Lo anterior queda evidenciado en la "Magdalena Penitente", de Tiziano, por ejemplo.
Ya entre las representaciones contemporáneas de la Pasión de Cristo destaca la serie de 27 óleos y 34 dibujos sobre el tema del colombiano Fernando Botero.
En este "Víacrucis", el artista utiliza su famoso estilo para plasmar a los personajes evangélicos, incluyendo a las mujeres, quienes en uno de los cuadros lloran y extienden sus brazos hacia el Nazareno.