Hereda una dulce tradición
Para elaborar Las Roscas de Reyes se tiene una especial dedicación
“Ganarás el pan con el sudor de tu frente”, reza la escritura bíblica, pero alguien lo tiene qué hacer y ese es el panadero.
“Panadero con el pan”, canta el cómico que en paz descanse Tin Tan desde horas de la mañana hasta horas de la noche; un coche viejo y despacio pasa por los callejones y calles de esta ciudad.
Pero también esta música se oye en la panadería Arcoíris de la colonia Cumbres donde labora Heriberto Molina Uribe. Son dos bocinas que alegran a automovilistas y transeúntes de la calle principal.
Adentro la alegría es evidente entre el calor, la harina y los clientes que pasan y llevan en sus bolsas pan y además roscas, en bolsas, unas de mano y otras de papel, porque ya no hay de plástico.
No obstante hacer roscas no es tarea fácil, tiene su chiste.
No es hacer cualquier pan, evidencia Molina Uribe, panadero de oficio y de herencia, pues heredó el conocimiento de su padre, don José Molina Medina, quien mantuvo a sus hijos por 50 años con esta actividad laboral.
Ahora su hijo Heriberto en una fábrica de pan del sector mencionado, como se le denomina el maestro panadero, heredó el oficio de hacer pan de su papá.
Muestra parte del proceso de la elaboración de la Rosca de Reyes, la que se lleva alrededor de unas dos horas: revoltura de la masa, incorporación de ingredientes: rayadura de naranja, huevos, azúcar y mandarina, reposo, se hacen pesas y corte, se comienza a hacer la forma, se deja reposar de nuevo, se decora, otra vez una media hora de reposo para luego a cocer una media hora a 160 grados centígrados.
Finalmente de exhibe en charolas en los anaqueles para su venta.
Más tarde en una panadería de la colonia Longoria, las Roscas de Reyes se les acabaron luego luego, dijo la encargada Lucero Gómez Lozano, quien destacó que en esta temporada ha habido más demanda que otros años.
La gente compra desde antes del 6 de enero su rosca, y este sábado faltaban dos días para el Día de Reyes.
