Haitianos identifican políticas racistas en trato migrantes
Las imágenes de hombres a caballo que parecían utilizar las riendas como látigos para acorralar a solicitantes de asilo haitianos que trataban de ingresar a Estados Unidos desde México causaron conmoción
Pero para muchos haitianos y afroestadounidenses no fueron más que la confirmación de una creencia profundamente arraigada: las políticas migratorias de Washington, dicen, van y han ido durante años contra los negros.
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Pero para muchos haitianos y afroestadounidenses no fueron más que la confirmación de una creencia profundamente arraigada: las políticas migratorias de Washington, dicen, van y han ido durante años contra los negros.
El trato de los efectivos de la Patrulla Fronteriza hacia los migrantes haitianos, afirman, es apenas la última de un largo historial de políticas estadounidenses discriminatorias e indignas hacia la población negra, y provocó una nueva ola de indignación entre haitiano-estadounidenses, defensores de los migrantes negros y líderes de derechos civiles.
Apuntan a los datos migratorios que indican que los haitianos y otros migrantes no blancos suelen tener más barreras estructurales para entrar o vivir de forma legal en Estados Unidos, y que a menudo soportan un contacto desproporcionado con el sistema penal que puede poner en peligro su residencia o acelerar su deportación.
En concreto, la haitiana es la nacionalidad con menor tasa de asilo a pesar de la cifra siempre elevada de solicitantes, según un análisis de datos de The Associated Press.
“Los migrantes negros viven en la intersección entre la raza y la inmigración y durante mucho tiempo han pasado entre las grietas de la burocracia y los vacíos legales”, afirmó Yoliswa Cele de la UndocuBlack Network, una organización nacional que defiende a negros que no tienen la documentación en regla.
“Ahora, a través de los videos que capturan los abusos a haitianos en la frontera, el mundo ha visto por sí mismo que todos los migrantes que buscan un mañana mejor no son tratados de igual forma cuando se tiene trata del color de la piel”, afirmó.
Entre 2018 y 2021, solo el 4,62% de los solicitantes de asilo haitianos recibieron protección en Estados Unidos, la tasa más baja de los 84 grupos de los que hay datos. Los de República Dominicana, con quien Haití comparte la isla La Española, tienen una tasa similar del 5,11%.
En comparación, cuatro de los cinco principales solicitantes de asilo en el país están en Latinoamérica — El Salvador, Guatemala, México y Honduras — y sus porcentajes de éxito van del 6,21% al 14,12%.
Nicole Phillips, directora legal de Haitian Bridge Alliance, apuntó que el racismo ha guiado durante años el trato que el gobierno dispensa a los migrantes haitianos.
Según Phillips, cuya organización está ayudando sobre el terreno a los haitianos en Texas, esta actitud se remonta a principios del siglo XIX, cuando los esclavos haitianos se rebelaron y lograron la independencia de Francia, y ha continuado durante décadas de intervención y ocupación estadounidense de la pequeña nación insular.
“Esta mentalidad y estigma contra los haitianos se remonta a ese periodo”, señaló.
Una y otra vez, Estados Unidos ha aprobado leyes migratorias que excluyen a los migrantes negros y haitianos, y ha promovido políticas que ponen en peligro de forma injusta su estatus en el país, según activistas.
Cuando logran ingresar al país, los migrantes negros dicen enfrentar el racismo sistémico del sistema legal penal estadounidense y la brutalidad de la policía, cuestiones endémicas para los miembros de la diáspora africana.
La Black Alliance for Just Immigration, un grupo a favor de la justicia racial y los derechos de los migrantes, define a grandes rasgos a los migrantes negros como los procedentes de países africanos y caribeños. De acuerdo con esta definición, un análisis de la AP sobre los datos del Departamento de Seguridad Nacional de 2019 halló que el 66% de los migrantes negros expulsados lo fueron por causas criminales, frente al 43% general.
Líderes del Movement for Black Lives, una coalición de organizaciones nacionales de justicia racial y derechos civiles, apuntó al trato a los haitianos en la frontera como justificación para sus demandas más amplias de retirar la financiación a las agencias de seguridad del país.
Tanto en la frontera entre Estados Unidos y México como en la capital de Haití, Puerto Príncipe, a donde miles han regresado en vuelos desde Estados Unidos, los haitianos dicen que no hay duda de que la raza juega un papel importante en el trato que reciben.
“Están atrapando a gente, nos molestan, especialmente a los haitianos porque nos identifican por el la piel”, dijo Jean Claudio Charles, quien junto a su esposa y a su hijo de un año viven en un asentamiento en México, cerca de Texas, por miedo a ser arrestados y deportados.