La cápsula del tiempo de Garcinarro

Centenares de cazoletas cubren un área pétrea del yacimiento de La Cava. Fueron horadadas con fines mágicos o decorativos.

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La arqueóloga Mar Jurado supervisa una hornacinas que rodean el interior de una de las tres estancias del edificio singular.

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El director de la excavaciones, Miguel Ángel Valero, en el interior de una de las ermitas visigodas que rodean el yacimiento de La Cava.

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La denominada habitación C del edificio tenía un muro divisorio sobre el que se anclaba la cubierta de la construcción.

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Valero se acerca al final del cañón de 70 metros de longitud que los íberos excavaron en la roca del montículo.

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El profesor muestra una de las pilas halladas en el interior del cañón.

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Los arqueólogos han conseguido ya retirar más de un metro de tierra del desfiladero abierto sobre la roca y cuya finalidad se desconoce aún.

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Vista de la habitación dividida y que da directamente a un cortado con más de 60 metros de caída.

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Miguel Ángel Valero muestra los fondos de cabaña del poblado de la Edad del Hierro que se levantó sobre el otero.

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Interior de un pozo romano ubicado próximo al río de la Vega y al yacimiento de La Cava.

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Cruz visigoda tallada próxima a una de las cuevas habitadas por los eremitas en el actual término de Garcinarro.

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Interior de una de las grutas donde rezaban los ermitaños en época visigoda.

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Dos arqueólogos cruzan el montículo de tierra que cubre la muralla que rodeaba el sur del poblado íbero.

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