Un llamado a la racionalidad

Y hasta que todos aprendamos a hacer lo mejor para deshacernos de ese instinto de dominación, ni siquiera podremos llegar a un momento en el que todos podamos sentarnos y decir: Esperen un minuto, reexaminemos todo el significado de Estado, ¿para qué sirve? ¿para quién sirve?" Wole Soyinka, escritor

A la pregunta por su parecer sobre el conflicto palestino-israelí, el escritor Wole Soyinka responde sin rodeos: "Es un acontecimiento horrible para el mundo".

"Es un desastre político frente a un desastre humanitario; es algo que nunca debió haber sucedido", remarcó el ganador del premio Nobel de Literatura en un encuentro con medios durante su participación en la 42 Feria Internacional del Libro de Sharjah. 

"Más allá de eso", prosiguió Soyinka (Nigeria, 1934), "Se trata de buscar soluciones para hacer retroceder las manecillas del reloj a algún tipo de plataforma racional, desde donde se puedan encontrar posiciones inteligentes y pragmáticas".

Entre los amplios pasillos del encuentro editorial, realizado en uno de los siete Emiratos Árabes Unidos (EAU), el tema pareciera ser el elefante blanco en la habitación, del cual no se habla abiertamente, pero sin que sea un misterio para nadie la ausencia de sellos palestinos exhibiendo sus títulos junto a sus pares de países como Egipto, Líbano, Siria, Kuwait y otros más.

Lo único que lo hace manifiestamente evidente es un estand sin oferta alguna de libros, en cuyos muros está ilustrado el dolor de la guerra. Es el espacio de "Tarahum for Gaza", una campaña de recaudación de fondos en apoyo a las personas afectadas, cuyo sitio en línea www.emiratesrc.ae/gaza hasta anoche registraba más de 133 mil donaciones.

"Es un mensaje, espero que para la humanidad en general, no como expresión de tomar partido", dijo a propósito de esta presencia Soyinka, quien alguna vez ha compartido cómo, cuando escribe, procura evitar las polarizaciones muy marcadas (REFORMA 03/09/2022).

"Esta situación va más allá, personalmente, para mí, más allá de la cuestión de tomar partido. Entonces, espero que esa sea la intención de ese acto de solidaridad, solidaridad con la humanidad".

Es la especie, no las divisiones geopolíticas, donde decididamente pone toda la atención el también actor, dramaturgo, poeta y profesor itinerante que en su momento sentenciara: "Si es necesario, las naciones deberían morir para que la humanidad pueda sobrevivir".

Pero las posibilidades de que ello suceda, según percibe, siguen siendo nulas.

"Por la simple razón de que los seres humanos aman el poder. Y para ejercer el poder hay que tener espacio para dominar; es la única manera en que se puede expresar. Sin espacio eso no existe", estimó Soyinka.

INSTINTO DE DOMINACIÓN

"Y hasta que todos aprendamos a hacer lo mejor para deshacernos de ese instinto de dominación, ni siquiera podremos llegar a un momento en el que todos podamos sentarnos y decir: Esperen un minuto, reexaminemos todo el significado de Estado, ¿para qué sirve? ¿para quién sirve?"

Por lo menos no parece que lo haga para quienes, ante las crisis económicas, la falta de provisiones y hasta de oportunidades de realización personal, se han visto orillados a migrar, jugándose la vida al atravesar el Sahara o el Mediterráneo, ilustró el autor de Crónicas desde el país de la gente más feliz de la Tierra (Alfaguara).

"Dicho eso, miren lo que ha sucedido el último año, es un problema que ha tenido lugar en Ucrania, y por supuesto el horror que está sucediendo en Palestina. Así que, la migración se ha convertido en un problema global, y debe ser abordado globalmente".

En contra de usar un término autocomplaciente como es el de optimista, hay en Soyinka, no obstante, una suerte de esperanza; "siempre creo que es posible cambiar a la humanidad, y creo en el principio de atraparlos muy jóvenes", subrayó el Nobel nigeriano.

Mas, contrastó de inmediato quien tampoco se atreve a decirse pesimista, el reto en tal caso es competir con la manipulación e ideológica propagación en medios de comunicación.

"Es una competencia, siempre es una competencia entre al menos gente como yo, escritores, por un lado, y aquellos que creen que el objetivo de la existencia es simplemente dominar, esclavizar. Y es por eso que siempre habrá conflicto", sostuvo.

"Todo lo que puedo hacer es rezar para que sean aún más astutos e inteligentes que nosotros, eso es todo lo que puedo decirles", reflexionó luego, cuestionado por tal encuentro en una Sharjah que no se inclina por posturas específicas, sino por las letras y la humanidad.