´Pues no hubo lancha´
Historia conmovedora de rescate y esperanza en Reynosa
Entre risas, dice esto con un dejo de alegre resignación el hombre a su mujer, y continúan las bromas de ambos. (preferí tomarle al video esta foto, sólo la calle y no a ellos. Los corté, pero vendrían en la parte inferior del video.) Y también van dos perritos junto a la mujer. Ella, en momentos cambia de posición, porque no siempre va recostada boca abajo, trata de conservar el equilibrio.
"Pues no hubo lancha", repite, pero se dieron habilidad y transitan sobre dos colchonetas ahuladas, como para alberca, éstas van semiunidas, pegadas quizá, ampliando así la superficie sobre el agua. En su charla, creo entender que ellos dan gracias a un amigo que les hizo el paro con la "lancha" salvadora e improvisada. Él, que se ve de brazos muy fuertes, va estirándolos, sumergido casi todo su cuerpo, y camina como de puntitas, porque el agua le llega a los hombros. Ambos ríen, se dicen bromas, ella algo contenida, pero él soltando al aire todo su sentir de hombre que no se dobla. Va mencionando nombres de amigos, mientras siguen su lento camino navegando en las aguas negras, arriesgándose por ese solitario e inesperado río recién nacido, para desgracia del pueblo hoy inundado, y que hoy le sirve a la pareja y sus dos perros como una vía salvadora.
No sé de qué colonia sea este video, pero es parecido o igual a muchos más tras el diluvio sufrido en Reynosa.
Y yo en casa -con toda la impotencia, sintiendo que en estos momentos no puedo hacer más que atestiguar su fe, amor y optimismo-, no puedo dejar de llorar.
Dios los bendiga.