Ya en cines ´Priscilla´
La historia nos cuenta como la envidiada esposa de Elvis Presley pasó del sueño al desengaño
Ciudad de México
Cuando Priscilla Beaulieu atravesó las rejas de Graceland y entró a la mansión de Elvis Presley en Memphis, para mudarse allí definitivamente, creía que su vida era un cuento de hadas.
Había conocido a sus 14 años al "Rey del Rock and Roll", una década mayor, y éste, tres años después, la había invitado a formar parte de su vida, de su "reino".
AYER ESTRENÓ
Al salir de Graceland desengañada, con la convicción de que nada había sido como lo imaginó, tenía 27, una hija (Lisa Marie) ,y la certeza de que se divorciaría del hombre que transformó la música y por el que todas suspiraban.
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Priscilla, ya estrenó en cines el 25 de diciembre y pone el foco en quien fue esposa de Elvis, permitió a Cailee Spaeny brindar una interpretación tan sutil como penetrante en el papel, con el que ganó la Copa Volpi a Mejor Actriz en Venecia.
Para prepararse para la cinta de Sofia Coppola, inspirada en la autobiografía "Elvis and Me", analizó videos caseros y pudo reunirse con la propia Priscilla Presley, hoy de 78 años, para matizar su versión de la tumultuosa relación.
Cuenta muchos detalles de su vida.
LA HISTORIA
"Es muy protectora de su historia, de su vida. Me pareció conmovedor que ella, siendo una mujer de su época, se preguntó a sí misma si era feliz con la casa, con la familia, con el esposo.
"Se dio cuenta de que quería algo más. Fue una gran ruptura, especialmente a ese nivel, con ese hombre.... Pero halló la fuerza de decidir", dijo Spaeny, nominada al Globo de Oro por este trabajo, en un encuentro con medios.
NO GUSTA A TODOS
Esta versión de Elvis que se muestra en Priscilla hizo enfurecer a la hija del "Rey", la fallecida Lisa Marie, quien cuando el proyecto arrancaba le dijo a Coppola que el guion mostraba a la superestrella como un "depredador" y "manipulador".
El Elvis encarnado por Jacob Elordi es amoroso, un encanto, pero también emocionalmente abusivo, con estallidos violentos, da a Priscilla pastillas (metanfetaminas y para dormir) y le niega lo evidente (que le es infiel en los rodajes de sus películas).
Además, censura su guardarropa, no le permite salir de su jaula de oro, y si bien protege la virginidad de Priscilla hasta el matrimonio, después de éste desatiende los deseos de ella, quien sólo se esmera por complacer.
Priscilla Beaulieu creía que su vida sería un cuento de hadas.
SIN CANCIONES DE ELVIS
Por cuestiones de derechos, Coppola (Las Vírgenes Suicidas, Perdidos en Tokio) no contó con canciones de Elvis, así que se dedicó a construir de manera íntima un retrato de esos que le salen tan bien: el de las princesa solitarias.
Pero tras ver varias veces el filme y pensarlo en retrospectiva, opina que la diferencia de estatura funciona también a nivel simbólico.