En McAllen se vende de todo, hasta el muro
Es valuado en al menos 30 millones de dólares por su constructor Tommy Fisher, un fuerte simpatizante de Donald
McAllen, TX.- En esta ciudad texana, donde el shopping se ha vuelto una forma de vida, los comercios ofrecen prácticamente de todo y ahora existe otro “producto” a la venta: un muro fronterizo privado.
Valuado en al menos 30 millones de dólares por su constructor Tommy Fisher, un fuerte simpatizante de Donald Trump, la valla recorre 4.8 kilómetros de la ribera del río Bravo, al sur de Mission, y está a unos 10 minutos del Puente Internacional de Anzaldúas, en Reynosa.
Entre la vegetación ribereña, en una zona de difícil acceso desde México, se ubica el “Lamborghini de los muros”, como lo presume Fisher, y que cuenta con 15 mil barrotes de acero de 5 metros de alto sostenidos por una base de concreto, apoyados por cámaras de seguridad e iluminación nocturna.
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La historia de esta barrera empieza con el triunfo electoral de Trump en 2016, que impulsó poco después a este contratista de Dakota del Norte a buscar contratos para el “infranqueable, grande y hermoso muro” prometido por el republicano.
“Pensé: ‘Esto sería muy divertido. Esto sería un proyecto que sería recordado”, dijo Fisher a la agencia Bloomberg, a la que reveló que busca comprador para su muro.
La apuesta le salió: el constructor recibió contratos por 2 mil millones de dólares del Gobierno estadounidense para el muro; no obstante vio el fin de sus sueños en enero pasado con la llegada a la Casa Blanca del demócrata Joe Biden, que congeló todos los trabajos.
Fisher dijo que ha puesto su obra a disposición de millonarios que quieran seguir ampliándola o del Gobierno de Texas, del republicano Greg Abbott, que quiere continuar las vallas de Trump. Las perspectivas, sin embargo, no son buenas y las ofertas nulas.