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Impulsa Sheinbaum la industria de microchips

La fábrica de estos dispositivos, propuesta por la presidenta, puede requerir más electricidad y, por consiguiente, más gas natural que una refinería
  • Por: El Universal
  • 16 / Marzo / 2025 - 11:04 a.m.
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Impulsa Sheinbaum la industria de microchips

Las fábricas de microchips requieren un flujo de energía estable y continuo.

Ciudad de México.- Con el crecimiento acelerado de la economía de la tecnología, la demanda de fuentes de energía confiables y seguras se vuelve cada vez más urgente. El mes pasado, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó el "Proyecto Kutsari", una iniciativa destinada a impulsar la industria de los semiconductores en México a través de la creación de una fábrica nacional de microchips.

En su anuncio, destacó que se crearán condiciones técnicas y legales favorables para facilitar la colaboración entre científicos, desarrolladores e instituciones educativas, con el objetivo de generar el conocimiento necesario para posicionar al país en esta industria.

En México ha habido iniciativas para desarrollar esta industria, particularmente después de las interrupciones a las cadenas de suministro causadas por la pandemia de Covid-19, que evidenciaron la necesidad de contar con producción de este insumo a nivel regional. Se espera que el Centro Nacional de Diseño de Semiconductores entre en operación en nuestro país en 2027.

Más allá de la formación de talento y la investigación, es fundamental asegurar un suministro energético confiable y seguro que mantenga en funcionamiento continuo a esta nueva industria.

"El sistema eléctrico en México enfrenta grandes retos. Las fábricas de semiconductores requieren un flujo de energía estable y continuo. Ya tenemos retos para cubrir la demanda actual, así que necesitamos un plan bien estructurado para que, cuando esta industria despegue, no enfrentemos crisis energéticas graves", afirma Moisés Jáuregui Sánchez, académico e investigador especializado en la industria de semiconductores y tecnologías avanzadas.

Para fabricar las pequeñas placas que utilizamos desde nuestros teléfonos inteligentes, laptops, automóviles o lavadoras, hasta en los enormes centros de procesamiento de datos que dan vida a la Inteligencia Artificial (IA), se consumen grandes cantidades de energía eléctrica para generar luz extremadamente intensa que permita grabar los diseños a nivel atómico en los microchips.

Según McKinsey, una planta de semiconductores típica puede consumir al año tanta energía como 50 mil hogares. De hecho, algunas mega fábricas de microchips pueden necesitar más energía que una planta automotriz o incluso una refinería.

"El proceso de fabricación de microchips requiere una precisión extrema y un control riguroso, lo que conlleva un alto consumo de electricidad y agua. Tecnologías como la litografía ultravioleta

extrema (EUV) son esenciales, pero demandan enormes cantidades de energía para funcionar de manera eficiente", explica el ingeniero.

En potencias tecnológicas como Corea del Sur, la demanda de electricidad para la fabricación de semiconductores está ejerciendo mucha presión sobre el sistema energético. Ahí, Samsung, su insignia tecnológica, consume el 3% de la factura energética del país, únicamente derivado de sus seis plantas de fabricación de semiconductores. Un caso similar ocurre en Taiwán, donde TSMC, el mayor productor de microchips del mundo, según un informe de S&P Global, es responsable del 8% del consumo eléctrico del país.

Esta dicotomía desarrollo-energía es algo que se conoce bien en Palacio Nacional, pues la presidenta tiene un amplio historial de estudio en la energía para industria. Y no es casualidad que uno de los ejes de la Estrategia Nacional del Sector Eléctrico para este sexenio sea asegurar un sistema robusto, confiable y seguro.

"Las empresas líderes en semiconductores, como TSMC y Samsung, están implementando tecnologías avanzadas para reducir el consumo energético, como sistemas de enfriamiento mejorados e inteligencia artificial para optimizar procesos. México debe adoptar estas soluciones si quiere garantizar la sostenibilidad de la industria en el país", continúa Jáuregui, quien actualmente realiza un doctorado en interacción humano-computadora.

Tampoco es coincidencia que el concepto combustible de transición (en referencia implícita al gas natural) haya ocupado un lugar central en la presentación de Sheinbaum. A corto plazo, se vislumbra que la presidenta está confiando en este energético para abastecer la demanda que generará su política industrial. El gas natural es el combustible de transición ideal porque emite significativamente menos gases de efecto invernadero y contaminantes atmosféricos (CO2, PM10, PM2.5, SO2) en comparación con opciones como carbón o combustóleo. Además, es un complemento crucial para las energías renovables al proporcionar un suministro de energía estable cuando las fuentes solares y eólicas son intermitentes.

"Si México quiere ser un actor relevante en la industria de semiconductores, no solo debe garantizar el suministro energético, sino hacerlo de manera sostenible. Es fundamental desarrollar estrategias de eficiencia energética, optimizar el uso de recursos hídricos y adoptar tecnologías que reduzcan el impacto ambiental de esta industria", finaliza Jáuregui.

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