Donan catres cama para migrantes
Donación de mil catres al DIF por parte de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días donó al sistema DIF Tamaulipas mil catres para ser utilizados por los migrantes centroamericanos que se encuentran varados en Reynosa, Tamaulipas, en espera de que el gobierno de Estados Unidos les conceda asilo político.
Por parte de La Iglesia, estuvieron presentes el presidente Martin Berra, de la Estaca Reynosa Este; el presidente David Ochoa Ramírez, primer consejero de la Estaca Reynosa México; la presidenta de la Sociedad Socorro de la Estaca Reynosa Este, Rosa María Margarita Ángeles Romero y su primera consejera, Benita Cruz Guerrero, así como la primera consejera de la Sociedad de Socorro de la Estaca Reynosa – México, Graciela Sánchez; el director de Comunicación y Asuntos Públicos del Consejo de Coordinación de la Misión México Monterrey en la zona de Tamaulipas, Juan Gilberto Banda Reyes y el Director de comunicación de la Estaca Reynosa México, Armando Aragón.
En este acto de entrega de los mil catres, destinados a los tres albergues establecidos en esta ciudad para la atención a los migrantes.
El presidente Berra destacó que el tema migratorio que se vive en esta frontera es muy sensible para la presidencia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y en especial del presidente Russell M. Nelson, profeta viviente y reveedor de esta agrupación religiosa, de ahí que se haya hecho un llamado a la membrecía para que este presta a ayudar a nuestros hermanos”.
“El estar aquí, en este lugar en donde se atiende a nuestros hermanos centroamericanos nos motiva para seguir amando a nuestro prójimo, siguiendo con ello el ejemplo de nuestro hermano mayor, Jesucristo”, resaltó el presidente Berra.
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De acuerdo a información proporcionada por el delegado del instituto Tamaulipeco del Migrante, Ricardo Calderón, el problema de los migrantes en esta ciudad fronteriza de casi 800 mil habitantes se ha agudizado por la lentitud de las autoridades de Estados Unidos por permitir el paso de casi tres mil migrantes, entre los que se encuentran unos 270 niños.