Encienden alarmas

Aunque el "Rey" es considerado un deporte con ambiente familiar, se han encendido algunos focos rojos en el estadio Alfredo Harp Helú, casa de los Diablos Rojos del México, que si no se frena podría expandirse y presentarse continuamente.

Tan sólo en junio de este año ya ocurrieron tres actos agresivos en la capital y que van en contra de los valores que promueve el beis; por ejemplo, la ira del fanático hacia el ampáyer Rodolfo Pastrana, arrojándole un vaso de cerveza en el juego contra Saltillo.

El segundo episodio se dio unos días después en los baños del inmueble, cuando cuatro hombres se agarraron a golpes; mientras que el tercero fue protagonizado por dos mujeres en las gradas, cerca del dugout de los Pingos.

"Los actos de violencia han ocurrido, lo de Diablos fue un hecho totalmente aislado, no es una constante, al contrario, creo que es una cosa ante la cual los propios aficionados promueven ese respeto y un ecosistema seguro", comentó Horacio de la Vega, presidente ejecutivo de la Liga Mexicana de Beisbol.