De tragedia en Reynosa... a Rectoría de la UANL
A los 13 años, el reynosense Rogelio Guillermo Garza Rivera sufrió la violenta pérdida de su padre en la colonia Longoria
Monterrey / Reforma
“Señores voy a cantarles / lo que en Reynosa pasó / en la colonia Longoria / este caso sucedió’’.
‘‘El día 13 de mayo / del año 65 / se agarraron a balazos / así lo marcó el destino’’.
Es el inicio de ‘‘El Corrido de Rogelio Garza’’, popularizado por conjuntos como Los Cadetes de Linares, una de las tantas historias interpretadas por décadas en la frontera chica.
Y como casi todas, proviene de un suceso real: el protagonista es el padre del reynosense Rogelio Guillermo Garza Rivera, recién designado rector de la UANL.
Como lo cuenta la canción, eran las 10 de la noche en aquella casa de Río Sabinas cruz con 16 de Septiembre, en la colonia Longoria. El mayor de los siete hijos de Rogelio Garza Tijerina y América Rivera Guzmán escuchaba con sus hermanos en un radio portátil un partido de los Broncos de Reynosa en el segundo piso de la casa cuando llegó el padre, del mismo nombre, de su empleo de aduanal.
A los 13 años, el reynosense Rogelio Guillermo Garza Rivera sufrió la violenta pérdida de su padre en la colonia Longoria de la fronteriza ciudad... 42 años después es el nuevo Rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León
‘‘Señores voy a cantarles / lo que en Reynosa pasó / en la Colonia Longoria / este caso sucedió’’.
‘‘El día 13 de mayo / del año 65 / se agarraron a balazos / así lo marcó el destino’’.
Es el inicio de ‘‘El Corrido de Rogelio Garza’’, popularizado por conjuntos como Los Cadetes de Linares, una de las tantas historias interpretadas por décadas en la frontera chica.
Y como casi todas, proviene de un suceso real: el protagonista es el padre de Rogelio Guillermo Garza Rivera, recién designado Rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Como lo cuenta la canción, eran las 10 de la noche en aquella casa de Río Sabinas cruz con 16 de septiembre, en la Colonia Longoria. El mayor de los siete hijos de Rogelio Garza Tijerina y América Rivera Guzmán escuchaba con sus hermanos en un radio portátil un partido de los Broncos de Reynosa en el segundo piso de la casa cuando llegó el padre, del mismo nombre, de su empleo de aduanal.
De 33 años, el hombre preguntó cómo iba el marcador y por las botas que el primogénito, como se acostumbraba, había mandado hacer con sus siglas: RGR.
"En eso tocaron a la puerta", cuenta Rogelio, hoy Rector. Tenía entonces 13 años y le decían "Roy". Lo de "El Ranchero" vendría mucho después.
Abrió uno de los hermanos y enseguida regresó: que buscaban a su padre.
"¿Quién es?", preguntó el hombre, oriundo Rancho Grande, localidad tamaulipeca.
"No quiso decir, preguntó por ti", le contestó.
LOS HECHOS
Lo siguiente lo sabe Rogelio por América, quien vio todo y hoy tiene 82 años y estuvo en su toma de protesta como Rector. El padre bajó, abrió la puerta y se encontró con un solitario que preguntó por él. El aduanal negó que lo fuera y dijo que lo iba a llamar, pero regresó por su revólver.
Al volver, se desató la balacera.
"Recuerdo los disparos, cómo se escucharon", describe Rogelio, muy serio. "Salgo a la terraza y veo a una persona tirada sobre la tierra y grava disparando todavía.
"En eso sale mi abuela (paterna) Gora, que vivía al lado. Creyó que era papá, su único hijo hombre, el que estaba tirado, pero en eso salió una hermana de papá (Francelia Garza, la "tía Francia") y le dijo "¡no es Rogelio!", y la hizo para atrás".
Desde la terraza, el primogénito alcanzó a ver que en la esquina dos carros encendieron el motor y huyeron. Seguramente los cómplices.
Al ver que el tirador quería levantarse, la hermana del aduanal agarró un block y se lo arrojó. Fin de "El Lupillo", el antagonista del corrido, quien de acuerdo al hoy Rector habría sido contratado en un penal de Guadalajara por otros aduanales en venganza contra su padre por detener un mes antes un cargamento de contrabando que los beneficiaba.
Rogelio bajó rápidamente y halló a su padre con dos impactos, pero todavía consciente.
"Perdón", interrumpe conmovido su relato al recordar la última vez que vio con vida a su padre, aquel hombre juguetón que lo enseñó a lazar y a montar a pelo, que le ponía dos almohadas en el coche para enseñarlo a conducir, a los 10 años, y que tiempo atrás lo llevaba a repartir leche bronca en carretas.
Un vecino no esperó a la ambulancia y se llevó al aduanal herido a un hospital privado, donde la atención insuficiente lo determinó todo. América, nacida en General Bravo, Nuevo León y pariente lejana del ex Gobernador Bonifacio Salinas, en ese momento con 31 años y siete hijos, se enteró de la venganza porque la viuda de "El Lupillo" declaró ante la autoridad que los autores intelectuales le quedaron a deber la mitad de la paga acordada. El autor principal fue aprehendido.
SIN DESPEDIDAS
Harta de aquella casa cuya ampliación su esposo dejó inconclusa, de ahí la grava y los blocks, y frente a la que años antes perdió atropellada a una hija pequeña, América se mudó con sus padres a McAllen llevándose a los más chicos, en tanto a los grandes los repartió con parientes.
Tras vivir unos meses con los abuelos paternos, Rogelio fue arropado por un amigo del padre, el comandante aduanal Felipe García Segovia, quien lo mandó con sus hijos a una casa que tenía en la Ciudad de México para inscribirlo en la Escuela Militar.
"Aún recuerdo la dirección: Yacatas No. 222 Col. Narvarte, porque mamá me la puso en un papel con un segurito en la camisa", sonríe de nuevo Rogelio. "Mamá me llevó a la central de autobuses y me dio la bendición".
No pudo despedirse de su casa en la que nació, gracias a una partera, el 29 de noviembre de 1951, y en la que convivió con perros y un caballo que le regaló su padre en algún cumpleaños; tampoco de su Secundaria José de Escandón ni de sus amigos del tercer grado. Atrás quedó "Roy", el de los juegos de basquetbol y de beisbol, y al que le gustaba ir a las carreras de caballos en las brechas y cuyos padres trabajaron para salir del tejabán con piso de tierra y poco a poco alcanzar el bienestar.
Más tarde, nacería "El Ranchero". Y, medio siglo exacto después de aquella tragedia, el nuevo Rector de la UANL.
EL CAMINO DE ‘‘EL RANCHERO’’
Rogelio tiene esas sonrisas de las que se espera brotará una carcajada. Tiene los ojos chispeantes tras los lentes de aumento, bigote y manos grandes, y hay que estar atento a su charla porque conversa anorteñado, de manera atropellada y usando palabras por otras.
Su cabello es el mismo del niño que llegó a los 13 años a la Ciudad de México y se sintió solo en aquella casa en la que los hijos el aduanal nunca estaban porque se iban a estudiar.
Como el semestre en la escuela militar iniciaba en enero, Rogelio permanecía encerrado y pronto se sintió enfermo y nostálgico.
"Regrésese mijito", le dijo América al recibir la llamada de auxilio. "Agarre el primer camión".Raudo, volvió a Reynosa, pero decidió venir a Monterrey, donde vivían una tía y primos. Llegó a una casa de asistencia en Serafín Peña y Ruperto Martínez, pero como no alcanzó lugar en la prepa, repitió tercer grado en la Secundaria 1 Andrés Osuna simplemente para no volver a Tamaulipas.
"A ver, 71" o "a ver, Reynosa", le decía el maestro de planta Héctor Segovia por su número de lista o por el lugar de nacimiento, "usted que ya sabe, pase el pizarrón".
Entró más tarde al área común de ingenierías en la Prepa 1, donde se incorporó al equipo de basquetbol Regios de Monterrey, hoy Fuerza Regia. Ahí lo apoyó Omar Sandoval, quien se encargaba de un gimnasio en Isaac Garza y Galeana, y quien alojaba ahí a varios estudiantes, entre ellos Rogelio. Incluso les daba libros.
"Él fue muy importante. Me llevaba a Casa Emilio a comprar pantalones, zapatos, camisa", cuenta. "Me daba mucha pena, pero ni hablar".
En 1969 entró a FIME, pero fue en 1972 cuando el coach Cayetano Garza, también maestro de matemáticas, al ver su velocidad en el basquet, lo llamó para que se incorporara a los Osos de futbol americano.
"Traía entonces mi vestimenta típica desde que era niño", cuenta Rogelio. "Botas, ropa vaquera, patillas largas y bigote. 'A ver, tú, ranchero, dale para acá', me decía. 'A ver, ranchero, ponte a correr'.
"Y ya sabes cómo es la raza, se me quedó".
Dice que fue alumno regular, de 1969 a 1974, aunque "alguna materia reprobé, las pasé pero en segunda". Lo dice en plural.
"El deporte intenso que practicaba me hizo fallar en un par de materias, pero nada serio", afirma y, aunque se le solicitó su kárdex, no lo entregó.
PASTA DE CAMPEÓN
Sin saber al principio las reglas del americano, Rogelio se desenvolvió de tal manera en este deporte que, en el primer año, fue campeón anotador, corredor y el mejor jugador de la temporada. Entre los partidos que recuerda se encuentra el único que perdió: una final contra Medicina, tras haberlos vencido 50-0 en una contienda anterior.
"Perdimos 30-24 y me invitaron a festejar con ellos (los de Medicina)", ríe este hombre, quien en ese partido corrió casi 100 yardas y realizó buenas jugadas.
Al egresar, Rogelio iba a trabajar en PEMEX, pero el ingeniero Jorge Urencio lo invitó a dar clases en FIME y a seguir jugando americano. Lo demás es historia: 42 años dentro de la UANL, desde maestro hasta director de aquella facultad, Secretario General y ahora Rector de la Máxima Casa de Estudios.
Rogelio se casó en 1976 con su única novia, la normalista Graciela García Ancira. Tiene tres hijos, todos con maestría y uno con doctorado, dos de ellos en el extranjero, y cuatro nietos.Tiene únicamente maestría, en Enseñanza de la Ciencias, un posgrado que ofreció la UANL a docentes de materias básicas de las ciencias. Él se especializó en física, materia básica de ingeniería.
"Se buscaba que los profesores tuvieran maestría en las materias que impartían", comenta. "Soy de la primera generación, de 1997 a 1999".
La tragedia no abandonó la vida de Rogelio. América, su madre, no sólo perdió a una hija y a su esposo, sino también a un segundo marido, de igual manera en un acto violento con armas. También, dos nietos.
Curiosamente, los nombres de las hijas de América empiezan con A y, los de los hombres, con R. Al morir atropellada la niña, de nombre América Italia, le cambiaron el nombre a la siguiente por América Irlanda.
"Hay sobrinas con el nombre América", cuenta Rogelio sobre esta curiosidad en su familia.
Dos semanas antes de su boda, también, el suegro del hoy Rector falleció en un accidente, lo que les obligó a "posponer la pachanga".
-¿Cómo redefinió su vida y concepto de la muerte tantas tragedias? -se le pregunta. ¿Le dio algún consejo su madre?
"Teniendo la madre que tengo (trabajó por años en la plaza de la aduana de su exesposo), creo como ella en los designios de Dios. Nunca la vi atormentada, renegando de Dios, sino más bien resignada. Siempre nos habló de fijar bien las metas para no vivir lo que ellos y quitarse la máscara social, ser auténticos, hacer amigos", afirma el rector, quien en su época de maestro y directivo ayudó a alumnos de escasos recursos.
UNIVERSIDAD CUESTIONADA
Hoy, Rogelio arriba a una universidad cuestionada por el manejo opaco de sus recursos y por el respaldo de universitarios, desde las facultades y manejados por profesores y directores, a la entonces candidata del PRI a la gubernatura Ivonne Álvarez. Él promete resolver "áreas de oportunidad" y erradicar vicios.
-En el 2011, El Norte publicó que, tras ser contratada por PEMEX, la UANL admitió pagar sumas millonarias a empresas vinculadas con un investigador de FIME; montadas en casas particulares y sin empleados registrados. Usted reconoció que les "hizo ruido" descubrir por la nota los parentescos del investigador con las empresas y que esperaban corregir "algunas áreas de oportunidad" en sus procesos. ¿En qué acabó este conflicto?
"Ese conflicto se cerró, es caso cerrado. Por iniciativa de la UANL se solicitó a la Auditoria Superior de la Federación que viniera a revisar el asunto. Todas las observaciones fueron solventadas, y la más fuerte fue dar de baja al investigador. Todo fue aclarado en tiempo y forma.
"Las demás recomendaciones fueron de control, como fortalecer el padrón de proveedores, siendo más duros en los requisitos. Se hicieron eficientes los procesos de control interno".
-Hay quienes afirman que en este negocio habrían estado involucrados figuras como José Antonio González, entonces Rector, y usted. ¿Es cierto? ¿Ha recibido beneficios económicos de éste u otros proyectos?
"En ningún momento en las investigaciones salió el nombre del ingeniero José Antonio González o el mío. Claro que no (recibió beneficios), ya hubiera salido todo eso".
Dice que no habrá recorte del 25 por ciento de empleados, como publicó EL NORTE el 28 de octubre, sino que habrá un rediseño y contracción de áreas: las que sean secretarías se volverán direcciones; las que sean éstas, jefaturas. Bajar costos, reitera.
"Ahora hay ocho secretarías, pero hasta ahora creo que podrían ser cuatro", señala. Dice que durante su gestión trabajará sobre todo por el tema de becas, educación a distancia, clínicas y presencia educativa en el sur del Estado.
LA ‘‘SANA DISTANCIA’’
En sus reuniones con el Gobernador Jaime Rodríguez Calderón, dice, no ha habido un reproche respecto al comportamiento bochornoso de algunas facultades en favor del PRI durante las campañas.
"Hay que guardar la sana distancia", afirma, "dedicarnos a los que nos debemos dedicar. Si alguien quiere que se respete la autonomía, debemos empezar por nuestra propia casa".
Mientras que la abuela paterna de Rogelio vistió de luto por 20 años tras perder a su único varón y se resistía ver hacia la aduana al cruzar la frontera, los demás familiares siguieron con su vida y alcanzaron a escuchar el corrido del que hoy hablamos, compuesto quién sabe por quién de manera inmediata a aquel 13 de mayo de 1965.
Durante su campaña por la rectoría, Rogelio asistió a FIME y la estudiantina, cuyos integrantes sabían la historia de su padre, lo recibió con la misma pieza del corrido, pero con distinta letra.
"Güercos fregados, me quebré", recuerda este hombre, promotor del Centro de Investigación e Innovación en Ingeniería Aeronáutica de la UANL, y quien cuando le advierten que no se vaya a marear en el puesto, responde: "me tardé 42 años, de poco en poquito. Yo creo que ya se me adaptaron los pulmones".
Sin embargo, como si uno no pudiera separarse jamás de su pasado, curiosamente en una entrevista con Vida Universitaria, Rogelio habló de su vida y cuando le preguntaron por su película favorita, pareciera que "Roy", "El Reynosa" y "El Ranchero" respondieron al unísono: Butch Cassidy and The Sundance Kid.
"Al fin de vaqueros y de rancheros", agregó sobre esta cinta de pistoleros famosos.