¿Por qué anuncian a los ganadores? Medios de comunicación no organizan elecciones de EU
Los gobiernos estatales y locales administran los comicios estadounidenses, incluida la contienda por la presidencia
Es la noche de las elecciones, las urnas ya cerraron y es probable que usted esté a la espera de que The Associated Press o una de las principales cadenas de televisión anuncien quién será el próximo presidente de Estados Unidos. Pero, para empezar, ¿por qué los medios de comunicación desempeñan ese papel? ¿No debería ser eso trabajo del gobierno?
Los gobiernos estatales y locales organizan y administran las elecciones estadounidenses, incluida la contienda por la presidencia. Son responsables de contar los votos y mantener el registro oficial de quién ganó y por cuánto.
Pero el proceso oficial —desde el cierre de las urnas hasta la certificación final— puede tomar a los estados desde varios días hasta más de un mes. En la contienda por la Casa Blanca, no es sino hasta principios de enero que se completa el proceso formal de elección del presidente a través del Colegio Electoral. Mientras tanto, ninguna agencia federal o comisión electoral proporciona actualizaciones al público sobre lo que sucede con sus votos.
"Es un vacío en la Constitución que dejaron los fundadores y que la AP quiso llenar apenas dos años después de que se fundara nuestra empresa", dijo David Scott, vicepresidente de AP que supervisa las operaciones electorales de la agencia de noticias. "Era esencial entonces, como lo es hoy, que los estadounidenses tengan una fuente independiente y no partidista para el panorama completo de las elecciones —y más importante aún, la noticia muy vital sobre quién ganó las elecciones—".
Una breve historia de los anuncios de vencedores
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La AP se formó en 1846 como una cooperativa de periódicos. Tabuló los resultados electorales por primera vez dos años después, cuando Zachary Taylor ganó las elecciones presidenciales como miembro del Partido Whig. El esfuerzo para reunir los resultados de las jurisdicciones de la aún joven nación dependía del telégrafo, tomaba 72 horas y tenía un costo de 1.000 dólares, exorbitante en esa época.
En 1916 fue la primera transmisión electoral a través de una pequeña red de radioaficionados, según una historia escrita por el difunto Martin Plissner, director de política de la cadena CBS News. El locutor cerró ese programa tras declarar incorrectamente que el republicano Charles Evans Hughes había ganado la presidencia sobre el demócrata Woodrow Wilson. La AP declaró vencedor de la contienda a Wilson dos días después, una vez que pudo informar los resultados de California.
Para principios de la década de 1960, la AP y las tres cadenas de televisión —ABC, CBS y NBC— realizaban recuentos independientes de votos. Acordaron unir sus recursos en la elección de 1964 para recopilar el conteo de votos de las contiendas clave, un acuerdo que perduraría de alguna forma durante más de 50 años y eventualmente se expandiría para incluir encuestas de boca de urna el día de las elecciones.
Después de la elección de 2016, la AP abandonó la agrupación de las cadenas de televisión para continuar con su operación independiente de recuento de votos y lanzar AP VoteCast —una encuesta nacional de votantes y no votantes que es una instantánea detallada del electorado estadounidense— como alternativa a las encuestas de boca de urna de las cadenas de televisión. Las cadenas, que ahora incluyen también a CNN, permanecen en el grupo y reciben sus datos de recuento de votos y encuestas de boca de urna de la empresa Edison Research. Fox News se suscribe al recuento de votos de la AP, al igual que miles de organizaciones de noticias en Estados Unidos y en todo el mundo, y se asocia con la AP para realizar la encuesta VoteCast.
Contabilizar los votos
Contar los votos no significa que la AP tabule los resultados de las papeletas reales de los votantes individuales. Ese trabajo lo realizan los funcionarios electorales del gobierno local, quienes administran las elecciones en Estados Unidos.
Fuera de establecer algunas pautas generales, la Constitución deja los detalles de la realización de las elecciones en manos de los estados, lo que significa que hay 51 —incluido el Distrito de Columbia— conjuntos de reglas diferentes sobre cómo llevar a cabo elecciones.