Impulsan crecimiento del empleo
El auge de la inmigración tomó por sorpresa a casi todos, pero ayuda a evitar una recesión
Miami, Florida
Después de huir del caos económico y político en Venezuela, Luisana Silva ahora carga tapetes para una empresa de alfombras de Carolina del Sur. Gana lo suficiente para pagar el alquiler, comprar alimentos, repostar gasolina a su auto y enviar dinero a casa para sus padres.
Llegar a Estados Unidos fue una experiencia desgarradora. Silva, de 25 años, su esposo y su hija, entonces de 7 años, desafiaron las traicioneras selvas del Tapón del Darién en Panamá, viajaron a lo largo de México, cruzaron el Río Bravo y luego se entregaron a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en Brownsville, Texas. Al solicitar asilo, recibieron un permiso de trabajo el año pasado y encontraron empleos en Rock Hill, Carolina del Sur.
“Mis planes son ayudar a mi familia, que lo necesita muchísimo, y crecer económicamente aquí”, dijo Silva.
HISTORIAS DE VIDA
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Lo que cuenta su historia es mucho más que la ardua búsqueda de una familia para tener una vida mejor. Los millones de puestos de trabajo que Silva y otros inmigrantes recién llegados han ocupado en Estados Unidos parecen resolver un enigma que ha confundido a los economistas durante al menos un año: ¿Cómo ha podido prosperar la economía —que ha añadido cientos de miles de em pleos, mes tras mes— en un momento en que la Reserva Federal ha aumentado agresivamente las tasas de interés para combatir la inflación, algo que normalmente es una receta para una recesión?
Cada vez más, la respuesta parecen ser los inmigrantes, vivan legalmente o no en Estados Unidos. La afluencia de adultos nacidos en el extranjero aumentó enormemente la oferta de trabajadores disponibles después de que la escasez de fuerza laboral en Estados Unidos dejara a muchas empresas sin la posibilidad de cubrir puestos de trabajo.
Más trabajadores que ocupan más puestos de trabajo y gastan más dinero han ayudado a impulsar el crecimiento económico y crear todavía más puestos vacantes. La disponibilidad de trabajadores inmigrantes alivió la presión sobre las empresas para que aumentaran drásticamente los salarios y luego trasladaran esos costos laborales más altos a sus clientes a través de un aumento de precios que alimentan la inflación. Aunque la inflación estadounidense todavía es alta, se ha desplomado desde sus niveles de hace dos años.
UN MISTERIO
“Ha ocurrido una especie de misterio: ¿cómo seguimos logrando un crecimiento del empleo tan extraordinario y fuerte mientras la inflación sigue bajando?”, dijo Heidi Shierholz, presidenta del Economic Policy Institute (Instituto de Política Económica), un grupo de expertos que analiza el impacto de tendencias económicas y políticas sobre los trabajadores en Estados Unidos, y execonomista en jefe del Departamento de Trabajo. “El hecho de que las cifras de inmigración sean más altas de lo que habíamos pensado, eso realmente resuelve el enigma en gran medida”.
Además de ayudar a impulsar el crecimiento económico, los inmigrantes también se encuentran en el centro de un incendiario debate sobre el control de la frontera sur del país en un año electoral. En su intento por regresar a la Casa Blanca, Donald Trump con frecuencia invoca falsedades sobre la migración, ha atacado a los inmigrantes en términos a menudo degradantes, y los ha caracterizado como criminales peligrosos que están “envenenando la sangre” de Estados Unidos. Trump ha prometido terminar de construir un muro fronterizo y lanzar la “operación de deportación interna más grande en la historia de Estados Unidos”. Que él o el presidente Joe Biden gane las elecciones podría determinar si perdurarán la afluencia de inmigrantes y su papel clave en el impulso de la economía.
El auge de la inmigración tomó por sorpresa a casi todos. En 2019, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) había estimado que la inmigración neta —llegadas menos salidas— equivaldría a alrededor de 1 millón en 2023. La cifra real, dijo la CBO en una actualización de enero, era más del triple de esa estimación: 3,3 millones.
LOS NECESITABAN
Miles de empleadores necesitaban desesperadamente a los recién llegados. La economía —y el gasto de los consumidores— se habían recuperado con fuerza de la recesión causada por la pandemia. Las empresas tenían dificultades para contratar a suficientes trabajadores para satisfacer los pedidos de los clientes.
El problema se vio agravado por los cambios demográficos: el número de estadounidenses nativos en sus mejores años laborales —entre los 25 y 54 años—disminuía porque muchos de ellos habían rebasado esa edad y estaban cerca de jubilarse o entrando en esa etapa. Las cifras de este grupo se han reducido en 770.000 desde febrero de 2020, justo antes de que la COVID-19 golpeara la economía.
Ese vacío se ha llenado con una ola de inmigrantes. En los últimos cuatro años, el número de trabajadores en edad productiva que tienen un trabajo o buscan uno ha aumentado en 2,8 millones.
ASÍ EL CRECIMIENTO
En el pasado, los economistas normalmente estimaban que los empleadores estadounidenses no podrían agregar más de 60.000 a 100.000 empleos al mes sin sobrecalentar la economía y desatar la inflación. Pero cuando Edelberg y Watson incluyeron el aumento de la inmigración en sus cálculos, encontraron que el crecimiento mensual del empleo podría ser de alrededor del doble este año —160.000 a 200.000— sin ejercer una presión al alza sobre la inflación.