Su obra se caracteriza por el carácter experimental, tanto en la forma como en la técnica.
Honran su legado en Austin, Texas
Al dibujante mexicano, Melecio Galván, se le ha llamado el ‘artista secreto’, pues a pesar de su descomunal talento, fue poco conocido durante su breve vida
En una carta fechada el 26 de abril de 1970, el dibujante mexicano, Melecio Galván (1945-1982) comunica a sus galeristas Louis Goldman y su esposa Sondra Gresen, propietarios de la Galería G, en Wichita, sus planes para viajar por primera vez a Estados Unidos para la exposición en su galería, que abriría en junio.
“Llevaré conmigo de 30 a 40 trabajos recientes y espero hacer y dejar bastante en su galería”, escribe, al tiempo que les informa de sus intenciones, en su trayecto a Kansas, de quedarse ocho días en Austin con su amigo Thomas Cranfill, profesor de Inglés en la Universidad de Texas.
“Esas líneas podrían ayudar a explicar el motivo por el cual la mayoría de los dibujos en el Museo de Arte Blanton, en Austin, datan de 1968 a 1970; muchos han sido fechados con el día y mes precisos en el verano de 1970”, plantea Vanessa Davidson, curadora de arte latinoamericano en la introducción al catálogo Melecio Galván: El artista secreto y sus contemporáneos mexicanos en el Museo de Arte Blanton.
SU PRIMERA EXPOSICIÓN
Al comienzo de la exhibición se presenta la carta y en el reverso el artista dibujó dos figuras humanas bailando.
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“Es un tipo de arte postal sin que Melecio Galván siquiera tuviera conciencia de eso”, resalta Davidson en entrevista desde Austin.
Esta es la primera exposición por parte de una institución en los Estados Unidos dedicada al dibujante mexicano, a quien se le ha llamado el “artista secreto”, pues a pesar de su descomunal talento, fue poco conocido durante su breve vida.
A raíz de una reciente donación, el Blanton posee la mayor colección del artista que cualquier museo de México o Estados Unidos.
Davidson fue el primer contacto del donante, Jeffrey Gold, para concretar el regalo de 41 obras del artista. “Ahí tenemos un pequeño misterio”, cuenta la curadora.
“Jeffrey Gold encontró un lote de dibujos de Melecio Galván en venta por 550 dólares en un sitio de antigüedades, invaluable.com, donde se pueden encontrar obras de arte, pero era obvio que estos dibujos estaban descuidados y en mal estado.
Me contactó para saber si estaba interesada en quedarnos con algunos, nos ofreció 40 dibujos y una litografía off-set. Así que ahora tenemos 48 obras de Melecio Galván, más que ninguna institución en Estados Unidos o México”.
Anterior a esta donación, por conducto del profesor Cranfill, amigo de Galván en México y coleccionista de arte, el museo recibió seis dibujos entre 1969 y 1983, que se cree fueron regalos del artista; y uno más fue donado por John Guion en 1982.
LA CURADORA MUERE
La curadora celebra que, al estar los dibujos fechados con exactitud, con el día, mes y año en que se hicieron, permitió al equipo del museo rastrear el trayecto del dibujante en los Estados Unidos.
“Creemos, por los párrafos de la carta (a sus galeristas), que Melecio Galván dejó dibujos con Goldman en la Galería G para vender y exhibir. Louis Goldman murió en 2019, él vivía en una ciudad a una hora de la casa de subastas.
“Pensamos que los dibujos quizá fueron encontrados dentro de una caja en el ático donde tal vez permanecieron por años”, explica Davidson.
A pesar de las condiciones inadecuadas de almacenamiento, los dibujos están en condiciones prístinas; varios fueron sometidos a trabajos de conservación para retirar manchas de la superficie.
La sospecha de Davidson es que muchos de esos dibujos, hechos por Galván mientras viajaba por Estados Unidos, se quedaron con Goldman, jamás se vendieron y de alguna manera terminaron en el lote que Jeffrey Gold adquirió en una venta de bienes.
“Ahora tenemos (en la colección del museo) un conjunto de dibujos que, en su mayoría, creemos fueron creados por Melecio de 1968 a 1972, en un momento crítico. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, la antigua Academia de San Carlos, de 1965 a 1968, año cuando tuvo su primera exposición en la Galería Antonio Souza, donde Louis Goldman vio sus dibujos e inició su relación”, amplía la curadora.
TODO QUEDÓ EN PLANES
Melecio Galván tuvo dos exhibiciones en la galería de Souza, en 1968 y 1969, que Davidson considera centrales para que su trabajo se expusiera en Wichita en 1970 y en Racine en la Galería Laponte en 1971.
Incluso había planes para exponer en Nueva York y Los Ángeles, en un momento en que el artista estaba adquiriendo la madurez de su estilo, recién graduado de la ENAP, exponiendo con los grandes en la galería de Antonio Souza y viajando a los Estados Unidos.
Pero eso no llegó a suceder por convicción del propio artista, quería crear un arte menos comercial, se retiró del circuito de galerías, de los espacios institucionales y optó por exponer su obra en sedes sindicales y espacios públicos.
“Al ser testigo de la masacre de Tlatelolco de 1968, su radicalización política aumentó al formar parte del Grupo Mira (1977- 1982), un grupo activista de artistas que dedicaron su arte a sus ideales políticos, culminando en 1980 en la serie más conocida de Galván, Militarismo y represión”, expone Davidson en el catálogo.
UN ASESINATO MISTERIOSO
Melecio Galván murió a los 37 años, asesinado en Chalco, en circunstancias misteriosas.
“¿Qué lo hace un gran dibujante?
La respuesta concisa es que era experimental tanto en la forma, en cuanto al aspecto de sus dibujos, y también en la técnica, en la forma en que utilizaba el plumín, la punta de la pluma para rascar la superficie del papel casi creando superficies tridimensionales, así que no solo experimentaba con lo que dibujaba sino cómo lo dibujaba”, remarca la curadora.
Davidson cita a la historiadora del arte Ida Rodríguez Prampolini que escribió a la muerte del artista: “Nos deja una obra excepcional que, de haberla promovido, lo hubiera dado a conocer como lo que fue: el más importante dibujante del país”.