Ratifican su condena tras impugnar peritaje
La Corte Suprema de EE.UU. falla en caso de narcotráfico
WASHINGTON
La Corte Suprema de Estados Unidos ratificó el jueves la condena de una mujer de California que dijo no saber nada sobre un alijo de metanfetaminas escondido dentro del automóvil con el que intentó ingresar al país procedente de México.
En un fallo que cruzó las líneas ideológicas de la corte, la opinión mayoritaria de seis a tres desestimó los argumentos de que un perito de la fiscalía había ido demasiado lejos al describir la mentalidad de la mujer al decir que la mayoría de quienes transportan drogas a gran escala son conscientes de lo que llevan.
“Una opinión sobre la mayoría de quienes transportan no es una opinión sobre todos los que lo hacen”, concluyó el juez Clarence Thomas, quien redactó la decisión. A él se unieron sus colegas conservadores, el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, los jueces Samuel Alito, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett, así como la jueza liberal Ketanji Brown Jackson.
En un marcado desacuerdo, el juez conservador Neil Gorsuch escribió que el fallo le da al gobierno una “nueva y poderosa herramienta en su bolsillo”.
Más de la sección
“Los fiscales ahora pueden poner a un experto en el estrado —alguien que aparentemente tiene la conveniente habilidad de leer la mente— y dejarle hablar sobre lo que ‘la mayoría’ de la gente como la acusada piensa cuando comete un acto legalmente prohibido.
“Entonces, el gobierno no necesita hacer más que instar al jurado a decidir que la acusada es como ‘la mayoría’ de la gente y condenarla”, escribió. A él se sumaron las juezas liberales Sonia Sotomayor y Elena Kagan.
LA QUEJOSA
La opinión se dio por el caso de Delilah Guadalupe Diaz, que fue sentenciada a siete años de prisión por cargos de drogas después que agentes de la Patrulla Fronteriza descubrieron metanfetaminas por valor de casi 370.000 dólares oculta en el interior del panel de una puerta del automóvil cuando cruzaba la frontera entre Estados Unidos y México.
Diaz alegó que el auto pertenecía a un novio y que ella no sabía que había drogas ocultas. Sus abogados argumentaron que ella era una “mula ciega”, un término para designar a las personas utilizadas por los cárteles para traficar drogas inadvertidamente.
Los fiscales no estuvieron de acuerdo. El Departamento de Justicia llamó como perito a un agente de Seguridad Nacional, quien testificó que los cárteles no suelen enviar grandes cantidades de droga con personas que desconocen el tráfico, aunque el agente reconoció que sí ha habido casos.
Diaz apeló su condena, argumentando que el testimonio del agente violó una regla de evidencia de que los peritos no pueden emitir sus opiniones sobre el estado mental de un acusado.
Los fiscales respondieron que el agente hablaba con base en su propia experiencia y que su testimonio no violó esa regla porque no hizo ninguna referencia a Diaz específicamente.
Cortes inferiores se habían dividido sobre esa distinción. Jueces de algunas partes del país han permitido testimonios más generales de expertos sobre estados mentales, pero otros los rechazaron.
La regla se remonta al juicio de John Hinckley Jr., que fue declarado inocente por demencia en un tiroteo que hirió al presidente Ronald Reagan en 1981.
Después que ese juicio incluyó testimonios de expertos en duelos, el Congreso señaló que los expertos no deben expresar una opinión sobre si un acusado tenía un estado mental que es un elemento del delito.