La soledad es mortal, como el tabaquismo
Algunos factores muy poderosos que favorecen esto: un menor involucramiento con las iglesias, los desgastados vínculos de las familias
Al final de "The Searchers", uno de los westerns más reconocidos de John Wayne, una niña secuestrada ha sido rescatada y una familia se ha reencontrado. Mientras suena la música de la cortinilla de cierre, el personaje interpretado por Wayne voltea a ver a sus parientes —personas que tienen en quién apoyarse— y luego emprende su solitario camino en dirección al horizonte del oeste de Texas... solo.
- NUEVA YORK, NY
Es un ejemplo clásico de una patraña estadounidense intrínseca, la de un país construido sobre nociones de individualismo, una historia dominada por hombres repleta de solitarios e "individualistas resistentes" que se aguantan, hacen lo que tiene que hacerse, cabalgan en dirección a la puesta de sol y disfrutan vivir así.
En realidad, la soledad en Estados Unidos puede ser letal. Este mes, el director de salud pública del país la declaró una epidemia estadounidense, diciendo que resulta tan fatal sobre la población como el tabaquismo. "Millones de personas en Estados Unidos están pasando problemas en las sombras", declaró, "y eso no está bien".
Mencionó algunos factores muy poderosos que favorecen esto: el deterioro gradual de las instituciones tradicionales, un menor involucramiento con las iglesias, los desgastados vínculos de las familias extendidas. Cuando a esto se suman los factores estresantes de los últimos tiempos — el ascenso de las redes sociales y la vida virtual, la polarización posterior a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, y la manera en que el COVID-19 interrumpió la existencia — el reto es aún más grande.
Hay personas solitarias en todo el mundo. Pero incluso al comienzo del siglo XIX, cuando se empezó a utilizar la palabra "soledad" en su contexto actual en la sociedad estadounidense, ya había quienes se hacían la pregunta: ¿los contornos de la sociedad estadounidense — ese énfasis en el individualismo, ese moverse con impunidad sobre un entorno vasto, en ocasiones descomunal— alientan el aislamiento y el distanciamiento?
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¿O es, al igual que otros fragmentos de la historia estadounidense, una premisa basada en mitos?
Alexis de Tocqueville, viendo al país desde afuera mientras escribía "La democracia en América" a mediados del siglo XIX, se preguntaba si, "a medida que las condiciones sociales se vuelven más equitativas", los estadounidenses y las personas como ellos se inclinarían a rechazar las características de comunidad arraigada que habían predominado en las aristocracias del Viejo Mundo durante siglos.
"Adquieren el hábito de siempre considerarse que están de pie por sí solos, y tienden a imaginar que todo su destino está en sus propias manos", escribió. "Así, la democracia no sólo hace que todo hombre se olvide de sus antepasados, sino que... lo arroja para siempre sobre sí mismo, y amenaza al final con confinarlo por completo dentro de la soledad de su propio corazón".
Este ha sido un hilo recurrente en la manera en que los estadounidenses se perciben a sí mismos. En la era previa a la democracia, para bien o para mal, "las personas no eran solitarias. Estaban vinculadas en una red de conexiones. Y en muchos países eso es más cierto de lo que fue en Estados Unidos", dice Colin Woodard, director del Nationhood Lab del Centro Pell para Relaciones Internacionales y Políticas Públicas.
"Existe esta idea de que salir a esos vastos espacios y conectarse con la naturaleza y escapar del pasado fue precisamente lo que nos hizo estadounidenses", afirma Woodard.
´MILAGRO DE LA MAÑANA´
Y si los estadounidenses pueden dilucidar más qué es lo que une y qué es lo que separa, algunas respuestas a la epidemia de soledad podrían salir a la luz. "Debemos, de hecho, mantenernos todos juntos, o con toda seguridad, todos estaremos colgados por separado", dijo Benjamin Franklin, no por casualidad el primer director del Servicio Postal del país, en circunstancias muy distintas. O tal vez vez lo dijo mejor la poeta estadounidense Amanda Gorman, una de las voces jóvenes más perspicaces de Estados Unidos. Esto es de su poema "The Miracle of Morning" ("El milagro de la mañana"), escrito en 2020 durante la parte inicial de la pandemia.
"Aunque podríamos sentirnos pequeños, separados y totalmente solos,nuestro pueblo nunca ha estado más conectado.Porque la cuestión no es si podremos capear esta situación desconocida,sino cómo capearemos juntos esta situación desconocida".