Busca dar identidad a niños musulmanes
El programa se transmite desde un almacén en Brooklyn Park que está diseñado para parecer una casa del árbol
Amin Aaser recuerda que cuando crecía en Minnesota su fe musulmana a menudo lo hacía sentir como un intruso, y que tener que seguir sus prácticas y principios “a veces se sentía como ir al dentista”.
Esos recuerdos son parte de lo que impulsó a Aaser, ahora un hombre casado y padre de una hija de 5 años y un hijo de 2, a pasar el mes sagrado del ramadán produciendo un programa interactivo en línea de nombre “Ramadan Camp” para niños musulmanes de 5 a 12 años de todo el mundo.
El Noor Kids Ramadan Camp empezó hace dos años durante la pandemia de COVID-19. Alrededor de 90 mil familias se han inscrito este año y alrededor de 3 mil se conectan en vivo todas las noches, comentó.
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El programa se transmite desde un almacén en Brooklyn Park que está diseñado para parecer una casa del árbol. Los niños pasan entre 30 y 60 minutos escuchando historias, jugando, realizando proyectos, escuchando a oradores invitados y orando.
Todo es con el objetivo de encontrar formas divertidas de ayudar a los niños a aprender y discutir los principios de su fe mientras conocen a otros niños musulmanes de todo el mundo. Aaser dijo que el ramadán es la época más importante del año para los musulmanes, que ayunan desde que amanece hasta que se oculta el sol mientras se concentran en mejorar y afianzar su fe.
Los padres musulmanes ocupados que ayunan a menudo pueden tener problemas para traer el espíritu del ramadán a sus corazones y a sus casas, comentó, y este campamento es con el objetivo de aligerar esa carga.
INTEGRACIÓN
El campamento es una continuación de la misión de Aaser desde 2012 para ayudar a niños musulmanes a adoptar su fe y sentirse aceptados, particularmente en lugares donde son una minoría religiosa.
Recuerda que cuando era niño se sentía tan avergonzado cuando sus amigos se reían del hiyab de su madre cuando él jugaba béisbol que le pidió que lo recogiera 15 minutos después de que terminara el partido. Y los únicos otros musulmanes que llegó a ver estaban en una mezquita o en la televisión.
A medida que crecía, se preguntó cómo podría ayudar a otros niños musulmanes, incluyendo su sobrina y sus dos hijos, a tener confianza y aceptar sus creencias islámicas.
TESTIMONIO
- Anum Ahmad, madre de un niño de 6 años y una hija de 2 años en Toronto, dijo que el campamento se ha convertido en un ritual casi diario para su familia. A pesar de que Toronto tiene una importante población musulmana, su hijo asiste a una escuela pública en la que sólo hay otro niño musulmán, comentó.
- “Le marca una gran diferencia ver a otros niños de su edad, hablar con los mismos términos que usamos en casa”, dijo Ahmad. “Puedo ver en sus expresiones lo emocionado que está de ver que haya tantas otras personas como él en todo el mundo. Por primera vez le he visto una chispa relacionada con su identidad religiosa”.