No sanciona la DEA a implicado en opiodes
La agencia permite a uno de los mayores distribuidores de fármacos seguir vendiendo analgésicos adictivos
La agencia antidrogas DEA ha permitido a uno de los mayores distribuidores de fármacos de Estados Unidos seguir vendiendo analgésicos adictivos durante casi cuatro años, a pesar de la recomendación de un juez de retirarle la licencia por su "indiferencia negligente" ante miles de pedidos sospechosos que han alimentado la crisis de los opioides.
- AUSTIN, Texas
La Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) no respondió a las preguntas reiteradas de The Associated Press sobre la forma en que manejó el caso de Morris & Dickson Co. ni la participación de un consultor de alto perfil que la empresa contrató para evitar sanciones y quien ahora es el segundo al mando de la directora de la DEA, Anne Milgram.
Sin embargo, el retraso ha suscitado dudas acerca de cómo esa "puerta giratoria" entre el gobierno y la industria farmacéutica puede estar afectando a la misión de la DEA de vigilar a las empresas del ramo señaladas como responsables de miles de muertes de estadounidenses por sobredosis.
"Si la DEA hubiera emitido su orden de manera oportuna, uno podría creer de manera creíble que su segundo al mando no estuvo involucrado a pesar de un evidente conflicto de intereses", recalca Craig Holman, un experto en ética de la organización de monitoreo Public Citizen, con sede en Washington. "El simple hecho de que su acción se haya retrasado cuatro años sólo genera señales de alerta. Pone todo el proceso bajo sospechas graves", agrega.
La semana pasada, después de que la AP se acercó a la DEA en busca de comentarios, la agencia rompió su silencio sobre el tema y notificó abruptamente a Morris & Dickson que decidió revocarle su licencia para distribuir sustancias controladas, según dos personas familiarizadas con el caso y que hablaron bajo condición de anonimato para hablar.
Sin embargo, aún no se ha publicado ninguna orden definitiva. La compañía ha descrito la revocación como una "virtual sentencia de muerte" para sus operaciones y es casi seguro que impugnará la decisión en un tribunal federal.
Louis Milione, quien fue nombrado subdirector de la DEA en 2021, no respondió a las solicitudes de comentarios. Se retiró de la DEA en 2017 después de una carrera histórica de 21 años que incluyó dos años al frente de la división que controla la venta de narcóticos altamente adictivos.
Al igual que decenas de colegas en la poderosa, pero poco conocida Oficina de Control de Desvíos de la DEA, comenzó a trabajar rápidamente en su nuevo empleo de consultor para algunas de las mismas empresas a las que se le encomendó regular, incluida Morris & Dickson.
Morris & Dickson contrató a Milione como parte de un contrato de 3 millones de dólares para salvar su licencia de suministro de analgésicos después de que la DEA señalara en 2018 a la compañía por no alertar sobre miles de pedidos sospechosos de gran volumen.
Al testificar en 2019 ante el juez federal de derecho administrativo Charles W. Dorman, Milione argumentó que Morris & Dickson "no escatimó en gastos" para revisar sus sistemas de cumplimiento, cancelar órdenes sospechosas y enviar diariamente correos electrónicos a la DEA explicando sus acciones.
No obstante, tales esfuerzos fueron muy pocos y demasiado tardíos, escribió el juez en una recomendación de 159 páginas que no ha sido reportada previamente y cuya copia obtuvo recientemente la AP. Cualquier cosa que no sea el castigo más severo, añadió, "comunicaría a las empresas registradas con la DEA que, a pesar de sus transgresiones, sin importar cuán atroces sean, recibirán un simple tirón de orejas y una segunda oportunidad siempre que reconozcan sus pecados y prometan no pecar más".
"La aceptación de responsabilidad y la evidencia de acciones de remedio no son tarjetas para salir de la cárcel que borran el daño causado por años de indiferencia negligente", escribió Dorman. "Permitir que el demandado mantenga su registro les diría a los distribuidores que es aceptable adoptar un enfoque relajado ante las regulaciones de la DEA hasta que sean atrapados, momento en el cual sólo necesitarán arrojar millones de dólares al problema para que la DEA se aleje".
Morris & Dickson —una empresa con sede en Shreveport, Luisiana, y el cuarto mayor distribuidor mayorista de medicamentos del país con ingresos de 4.000 millones de dólares al año y casi 600 empleados— no respondió a las solicitudes de comentarios, pero ha afirmado repetidamente en documentos judiciales que perder su licencia la obligaría a cerrar y que tendría un efecto "catastrófico" entre los estadounidenses enfermos en 29 estados.
Ni Milgram ni dos directores de la DEA que la precedieron han tomado ninguna medida de cumplimiento desde la recomendación de Dorman de 2019, lo que ha permitido que Morris & Dickson continúe operando, incluso mientras ha buscado un posible acuerdo. Exfuncionarios de la DEA dijeron a la AP que es muy inusual una espera de casi cuatro años en un caso así. Subrayaron que la agencia rara vez tarda más de dos años en emitir una orden final.
La gestión de la DEA por parte de Milgram también ha sido cuestionada en otro frente. La AP informó el mes pasado que un organismo de control federal está investigando si la agencia otorgó indebidamente millones de dólares en contratos sin licitación para contratar a los exsocios de Milgram.