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Familias realizan pisca en el monte: Viven del chile

Ante la falta de fuentes de empleo en el valle de San Fernando, cientos de familias acuden a las riberas del río Conchos

Familias viven de la pisca de chile del monte.Familias realizan pisca en el monte: Viven del chile

Ante la falta de fuentes de empleo en el valle de San Fernando, cientos de familias acuden a las riberas del río Conchos y predios de agostadero para realizar la pisca de chile del monte.

En los últimos quince días se intensificó la cosecha de chile del monte o chile piquín, como es conocido este delicioso picante, que de manera esporádica se puede cosechar en grandes cantidades en los montes de la región.

Se trata de un producto vegetal de alto consumo entre la población nacional, que en la región del valle de San Fernando se produce, desde hace algunos años, en cantidades extraordinarias para deleite de los paladares.

A inicios de la temporada, el kilo de este sabroso picante llegó a cotizarse hasta en mil pesos, pero con el paso de las semanas ha ido descendiendo; este martes el kilogramo de chile del monte ronda en los 400 y 350 pesos.

De aumentar la producción de este picante, el precio del kilogramo podría llegar a los 200 o 250 pesos en esta zona de la entidad.

Nicolás Garza, del ejido San Francisco, del municipio de San Fernando, reveló que piscar o cortar un solo kilo de chile del monte puede resultar muy cansado, porque hay que hacerlo en una posición inclinada del cuerpo y quienes no están acostumbrados a esa postura pueden resultar con serias dolencias de espalda, cintura y piernas; pero, además, hay que trasladarse, invirtiendo en gasolina de los vehículos, hasta las áreas donde por tradición crecen las plantas, derramaderos de agua, sombras de mezquites y arbustos silvestres, donde también se esconden las víboras de cascabel, cuyo veneno puede surtir un efecto fulminante y hasta mortal.

Cortar chile del monte es toda una aventura que puede llegar a convertirse en proeza por las dificultades que entraña, aunque hay familias enteras que por temporadas –como ésta- se dedican a cosecharlo, con lo que obtienen buenos ingresos para contribuir con el gasto de sus hogares y la solución de necesidades básicas.