Mantiene Gelacio oficio de afilador

Aún, a pesar de la tecnología, persisten oficios y costumbres que, con el paso de los años, aunque se han disminuido en cuanto a demanda, no se han extinguido, como lo es el oficio de afilador, aquel que pasa por las calles, las colonias, y que también ofrece sus servicios a infinidad de establecimientos comerciales de diferentes giros. 

Cuenta a este medio de comunicación, Gelacio Nava, quien, desde hace más de 27 años, se ha dedicado a este oficio, que comenzó cuando era muy joven, y que, a pesar de los años, se sigue manteniendo del mismo.

"Comencé cuando tenía 20 años, ya voy para los 28 años en este oficio, y gracias a Dios, tengo clientes en varios municipios, lo mismo en Río Bravo, Reynosa, Miguel Alemán, Camargo, Díaz Ordaz, Valadeces, Valle Hermoso, y Matamoros".

Los precios, al paso de los años, han cambiado, antes costaba sacar filo a un cuchillo, tijeras, que son los más comunes, 20 y 30 pesos, hoy ya tiene un precio de los 50 y 60 pesos.

Tiene clientes que van desde las taquerías, barberías, peluquerías, sastres, estéticas, carnicerías, spas, salones de belleza, clínicas veterinarias, y afilamos de todo además de los cuchillos, machetes, tijeras para cortar árboles o césped.

El afilador tradicional es un oficio ambulante que trata de ofrecer, por las calles, el servicio de afilar, desde cuchillos u otros instrumentos cortantes o punzocortantes, como tijeras, entre otros.