Un hecho inquietante de las gestiones delincuenciales de los priístas Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández en Tamaulipas no sólo radica en el tiempo de impunidad transcurrido a lo largo de ellas –más de dos décadas–, sino el vínculo del cártel narcopolítico de Yarrington en el sistema de relaciones de Enrique Peña Nieto en el Estado de México