Colibríes
Mexicana convierte su casa en un hospital para colibríes
"Hola chiquito, bonito ¿tienes mucha hambre?", dice Catia Lattouf mientras sostiene entre sus manos a un pichón de colibrí, el último paciente que ingresó a la especie de hospital que tiene en su apartamento de la capital mexicana en el que ha salvado de la muerte a cientos de las diminutas aves en la última década