Síndrome Agudo Post Covid, la enfermedad que se ensaña con los niños
Al principio de la pandemia de covid-19 los especialistas pensaban que el virus no atacaba a los infantes, pero pronto recularon. Incluso descubrieron que los menores contagiados padecían el fatídico Síndrome Agudo Post Covid (PACS), que ahora azota a Europa, EU y Latinoamérica
CIUDAD DE MÉXICO .- El corazón de Oliver Patterson, de seis años, dejó de funcionar correctamente, su presión sanguínea cayó, su frágil cuerpo peleaba con el Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico (PIMS) causado por covid-19 en niños, similar a la enfermedad de Kawasaki.
Contrario al mensaje global, los menores infectados con el coronavirus sí pueden sufrir efectos persistentes semanas o meses después de ser contagiados por el virus, en lo que se conoce como Síndrome Agudo Post Covid (PACS), aun cuando el periodo de infección haya sido asintomático, leve o moderado.
En menor porcentaje, los infantes pueden padecer PIMS, una enfermedad grave que, si no se detecta a tiempo, los puede llevar a la muerte. El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, informó el pasado 27 de abril que hasta esa fecha 600 menores habían fallecido a causa del virus; sin embargo, los efectos a largo plazo y el PIMS ponen a los menores en mayor riesgo.
El PIMS, aun cuando no es frecuente, es considerado una enfermedad grave que puede afectar a uno de cada 5 mil niños en el mundo que padecen covid-19, de acuerdo con la Real Escuela de Pediatría y Salud Infantil del Reino Unido. Se comenzó a detectar durante los primeros meses de la pandemia.
Este síndrome causa complicaciones graves. Entre las señales de alerta los contagiados presentan fiebre prolongada de dos a tres días, salpullido, dolor de estómago intenso, diarrea, desorientación, ojos y lengua roja o azulada, manchas rojas en la piel, ganglios inflamados. Puede causar la inflamación de tejidos y órganos, como corazón, pulmones, riñones, cerebro, piel u ojos, como explica el portal de la Clínica Mayo dedicado al PIMS.
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| Los síntomas. Foto: Laura Paterson
Oliver Patterson peleó por su vida. Después de diferentes medicamentos, un tratamiento con esteroides lo recuperó en 48 horas. Marley Hanley, de cinco años, no tuvo la misma suerte y casi termina en un coma inducido. Después de su tratamiento salió del peligro, pero aún tiene problemas para caminar.
En la mayoría de los países latinoamericanos, los menores tienen más de un año sin clases presenciales, con repercusiones psicológicas devastadoras, atrasos académicos, abusos, abandono en la educación, entre otras secuelas, pero las muertes en menores de 19 años son alarmantes.
En Brasil, 2 mil 200 menores de entre cinco y nueve años han muerto, incluidos mil 600 menores de un año; 600 en México; 440 en Perú; 200 en Colombia; 185 en Argentina y 297 en Estados Unidos, el país con más contagios en el mundo.