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La Tradición Mágica de Regalar en Navidad

Explorando la historia y simbolismo de los regalos de Navidad

La Tradición Mágica de Regalar en Navidad
Por: Agencia Reforma
Diciembre 25, 2024 - 09:30 a.m.

Los regalos de Navidad son, literalmente, ¡mágicos!, y eso sin importar si el obsequio que diste o recibiste fue lindo o útil, barato o económico, si surgió de un corazón sincero o sólo fue por puro compromiso.

Y es que dar presentes, cerca o en la fecha en que se celebra el nacimiento de Jesús en Belén, proviene de una costumbre muy antigua y no cristiana vinculada al deseo de prosperidad y de que vuelva la luz y el calor del Sol frente la fría oscuridad invernal.

Con la llegada del solsticio de invierno, se creía que intercambiar regalos entre familiares y amigos era un signo de gratitud por el ciclo que concluía y, a la vez, una especie de amuleto de buena suerte para el nuevo año.

Una leyenda del siglo 9 a.C., en tiempos de la fundación de la antigua Roma, señala que Tito Tacio, gobernador de Roma, junto con Rómulo, recibió al iniciar el invierno un buen augurio con un presente: unas ramas del bosque sagrado de Strenia, diosa de la purificación, la salud y la fuerza.

Para festejar ese hecho, Tito Tacio decretó que el obsequiar en esas fechas fuera una costumbre, un símbolo del deseo de buena fortuna hacia quien recibe el presente.

Esos regalos se llamarían strenas (buen augurio) en honor a la deidad, señala el periodista español Pepe Rodríguez en su libro Mitos y ritos de la Navidad (Ediciones Grupo Zeta).

Dos curiosidades: la palabra estrenar proviene de ese vocablo latino, y en Valencia, España, hay quienes aún llaman "estrenas" a los obsequios navideños.

ORIGEN RITUAL

Ya en el siglo 6 a.C., al iniciar la temporada invernal, dice el especialista Rodríguez, en Roma eran ya populares los ritos de fraternidad y saludo a través de visitas a las casas de los seres queridos.

En estas reuniones se intercambiaban strenas que, al principio, eran ramas de laurel u olivo, que luego se cambiaron por figuritas de miel, nueces, monedas o lucernas (lámparas) de terracota.

"La costumbre romana de intercambiarse regalos con finalidad propiciatoria se fijó en celebraciones tan capitales como la Matronalia, que tenía lugar el 1 de marzo (fecha del comienzo del Año Nuevo según el calendario romano más antiguo) o los Saturnales o Saturnalia", indica Rodríguez.

En estas fiestas romanas, por su significado como rituales "puente" -de lo viejo a lo nuevo, de la oscuridad a la luz, de la tristeza a la felicidad-, además de dar strenas, se permitía trastocar el orden, incluso moral, y se cancelaban las diferencias sociales. Todo volvía a la normalidad con el nuevo año.

La Matronalia se celebraba para honrar a Juno, diosa del nacimiento, la maternidad y las mujeres en general. Los Saturnales honraban a Saturno, dios de la agricultura, con fiesta, banquetes y regalos entre el 17 y el 24 de diciembre.

"Las strenas se dan en nombre de lo Invisible, a fin de comenzar un nuevo ciclo por un gesto de buen augurio, presagio de abundancia", escribió el etnólogo e historiador francés Jean Servier, de acuerdo con el texto de Rodríguez.

Los obsequios con el paso del tiempo se diversificaron, sobre todo, en los intercambios de los poderosos: vinos, telas, piedras preciosas, monedas de oro y plata. Sin embargo, regalar lucernas o velas seguía siendo popular, pues además de servir para iluminar las casas, eran un signo de luz y calor.

LA VISIÓN CRISTIANA

Ya con el cristianismo, el antiguo significado mágico-pagano del regalo invernal se transformó con la celebración por el Nacimiento de Jesús, el 25 de diciembre. Ahora el acto de obsequiar recuerda los dones entregados por los Reyes Magos al Niño Dios: incienso, oro y mirra.

El incienso era un perfume usado en el culto por la divinidad y como ofrenda en honor a las deidades y, como don invitaba a la humanidad a la conversión y adorar al Hijo de Dios. El oro estaba asociado con la realeza y se le entregó a Jesús, considerado por los creyentes Rey de Reyes.

Y el último regalo, la mirra, resina aromática que se usaba para embalsamar, fue una especie de anuncio anticipado de que Cristo sufriría y moriría en la cruz del Gólgota.

Hoy, la costumbre de regalar en esta época se realiza, en algunas partes, como es el caso de Monterrey, durante la Noche Buena, el 24 de diciembre, o en los primeros minutos del día 25.

El Niño Dios o Santa Clos o Claus-San Nicolás-Papá Noel-Abuelo del Invierno traen los presentes a los niños y niñas bien portados.

En otras latitudes, el reparto se realiza el 6 de enero, Día de los Santos Reyes. En esa tradición, más latina, Melchor, Gaspar y Baltasar son los encargados de premiar con juguetes o ropa a los pequeños del hogar.

Pero más allá de lo material o del origen histórico, intercambiar obsequios navideños tendría que reflejar los valores cristianos de amor, solidaridad y generosidad. Se trata, pues, de estrechar lazos, de convivir y compartir, y dar afecto a los seres queridos.

Quienes han ocupado la Arquidiócesis de Monterrey, como el Cardenal Francisco Robles Ortega, del 2003 al 2011, han consignado en homilías y entrevistas, la visión cristiana del regalo navideño.

"Para el cristiano, la Navidad no puede permanecer en lo meramente externo, en el brillo de las luces, en el consumo de las cosas, en el ruido de las fiestas, en el desorden de los excesos", expresó el ahora Arzobispo de Guadalajara en una misa en la Catedral regia en 2007.

"Ese regalo que tenemos que hacer nosotros de nuestra persona hacia los demás se puede concretar en un signo, pero que no nos angustie tanto el signo material, que nos preocupe más la actitud interna de sabernos regalar a los demás".

El Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, en su mensaje dominical del domingo, destacó que ante la cercanía de la Navidad, muchos hombres y mujeres dedican tiempo a la compra de regalos para estas fiestas.

"Pero es importante que no olvidemos celebrar el nacimiento de Jesús", resaltó.

"Y una de las mejores formas de celebrarlo es por medio de acciones de caridad, por lo que es recomendable realizar con nuestras familias o amigos alguna actividad que nos ayude a fortalecer el verdadero sentido de la Navidad".

Y tú, ¿con qué "strenas" y actos caritativos festejarás?