¿Muchos juguetes?

"Los adultos regalamos juguetes porque es una forma de demostrar amor, pero cuando las niñas y los niños reciben demasiados, dejan de valorarlos, de ser agradecidos y piensan 'si lo quiero, lo tengo'", indica.

"Pueden sentirse abrumados al punto de que algunos ni los abren o no los disfrutan, y no desarrollan el entendimiento de que a veces necesitamos méritos, trabajar o ahorrar para conseguir cierto objeto".

Lo anterior, puede desencadenar dificultades en diversas esferas de la vida cotidiana, dado que los infantes no desarrollan tolerancia a la frustración ni empatía, no aprenden a cumplir con ciertos límites, a recibir instrucciones o a negociar.

En la escuela, por ejemplo, existe la posibilidad de que sean incapaces de compartir, convivir y sean etiquetados como "difíciles", "caprichosos" o "niños problema".

El que los padres adopten un estilo de crianza permisivo a fin de evitar llantos, corajes o frustraciones, conlleva a la sobreacumulación de sentimientos y emociones que, al verse rebasados, derivan en maltrato. Conductas que, expresa Guerrero, tienden a aumentar en fechas como las festividades y el cierre de año.

"Es una crianza difícil porque se disfruta muy poco: empiezan a sentir temor de sus hijos y prefieren no salir, cortar experiencias o dejar de hacer cosas por miedo a la reacción", subraya.

De acuerdo con la promotora de buenos tratos en la infancia, los adultos que trabajan mucho o con dificultades para conectar con sus hijos suelen usar los objetos materiales como compensación por la ausencia.

"No está mal hacerles regalos a los hijos, sólo no necesitan tantos", asevera, "en lugar de objetos, deben procurar obsequiar momentos o memorias. A los niños les hacen falta momentos de calidad que pueden ir desde ir por un helado, un paseo por el parque o jugar a las escondidillas".

Elige bien

Si van a comprar algo, Guerrero recomienda...

• Hablar entre adultos y pequeños sobre el valor de cierta compra, si es necesaria o puede esperar.
• Fomentar la donación de juguetes en buen estado y que ya no se usen.
• Si los niños experimentan un arrebato, hay que entender que la frustración es una emoción válida, pero deben mantenerse firmes en la decisión que lo ocasionó.
• No usar frases como "si no haces esto, no vas a recibir cierta cosa", pues propician respuestas negativas.
• Evitar hacer obsequios cuando se está sustituyendo la falta de compañía o un mal comportamiento de los padres.