"La Araña", según información militar, inició su carrera delictiva como uno más de los sicarios en Nuevo León, bajo las órdenes de Héctor Raúl Luna Luna, "El Tory", detenido el 9 de junio de 2010 y quien desató una ola de violencia a gran escala en esta capital.
Líder de un pequeño grupo de pistoleros, "La Araña" fue protagonista de balaceras con sus rivales de cártel, vigilante de la distribución y venta de droga al menudeo y extorsiones a nombre de su grupo, en la zona poniente de Monterrey.
Las capturas de varios de sus jefes le permitió asumirse por unos meses como uno de los sicarios con mayor poder en esta capital en 2010.
En los 4 meses que se le ubicó como jefe de plaza, el número de homicidios aumentó considerablemente hasta que militares lo detuvieron el 22 de octubre de ese año con 4 hombres y una mujer.
Por su perfil de alta peligrosidad, incluso entre sus cómplices era temido y lo definían como un "ser sanguinario".
"El Yeyo", otro cabecilla
Otro líder fugado es Rogelio, "El Yeyo", quien controlaba la plaza del municipio de Guadalupe y tenía a su servicio al menos a 10 policías, de acuerdo con informes militares.
Una de las características de este jefe de plaza era que contaba con un grupo de jóvenes mujeres, entre ellas menores de edad, a quienes usaba para "enganchar" víctimas o cómplices, especialmente dentro de las filas policiacas.
Fue capturado el 14 de diciembre de 2010 por militares.
"El Yeyo", originario de Boca de Río, Veracruz, era aficionado a robar vehículos para su colección personal y para efectuar secuestros, y a cobrar extorsiones a negocios y personas.
Este hombre y sus cómplices también tenían como singularidad el disfrazarse de militares y así realizar las decenas de ejecuciones que se le atribuyen en el citado municipio donde operaba.