Quiere pugilista llegar hasta París 2024
Esmeralda Falcón está consciente de que no habrá fogueo en los menos de 100 días que restan para Tokio 2020, pero aun así advierte que competirá como nunca en los rings nipones, donde, asegura, peleará por una medalla
Ciudad de México
La primera pugilista tricolor en clasificar a una justa veraniega revela en entrevista que pase lo que pase en Tokio completará otro ciclo olímpico, es decir buscará llegar a París 2024, porque además de su empeño de trascender en su deporte, cuenta con el respaldo de toda su familia, empezando por su papá.
“Algo que he aprendido es que es mejor mentalizarse y prepararse para lo malo que para lo bueno, porque al final de cuentas, en lo bueno uno sabe hacerle frente. Casi estoy segura que no vamos a tener campamento de entrenamiento, que no voy a tener con quién hacer sparring, entonces estoy sustituyendo eso”, expone la exponente de los 60 kilos.
“Al 80 por ciento, mi preparación y mi resultado en Juegos Olímpicos va a ser en base a la preparación física. Tengo que trabajar con mi realidad, y mi realidad es que tengo la disposición y la mentalidad, el hambre para lograr las cosas, apostarle a la preparación física, a la estrategia y a la templanza”, agrega.
Mucho se habla de que los exponentes del boxeo mexicano provienen de una historia de vida complicada y que son garbanzo de a libre ¿te consideras parte de esta percepción que se tiene de ustedes?
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Es una concepción que no me gusta que se tenga del boxeador. Sí, es un deporte en el cual los exponentes quizá somos humildes y nuestras vidas son difíciles, pero eso no determina que sea como que el requisito para ser boxeador.
Ser boxeador no nos limita a no tener una licenciatura a no sabernos comportar o saber hablar, no sabernos expresar, creo que eso se vivía en tiempos anteriores y no nadamás en nuestra disciplina.
¿Cómo asumieron en tu casa ser boxeadora?
(Creo que) escoger una disciplina donde la población en su mayoría es varonil, desde ahí empieza un poco de dificultad en la aceptación. En mi casa fue por las mujeres, mi mamá y hermana me decían, no porque fuera un deporte para hombres, sino que era peligroso y que hiciera algo donde no hubiera golpes. Los hombres de mi familia, mi papá y mis dos hermanos, estaban emocionadísimos y me decían que ellos me apoyaban y ayudaban.
¿Has pensado en “arrojar la toalla”?
Al principio decía, ‘me pegan bien duro’ y ya tenía el ojo morado y te vuelven a pegar y te duele, pero fue un momento de orgullo y me decía, ‘no, yo decidí esto’. Y al regresar a mi casa mi mamá me decía, ‘ay mija, ya ves’ y mi papá: ‘si vas a estar en esto cuídate, si las cosas empiezan, se terminan, se hacen bien’.
¿Cuál es tu mejor golpe?
El jab como por estrategia y porque es el que tengo más hábil y rápido. Todo mundo dice que el golpe que tengo más fuerte es el recto de izquierda.
Cuando me atrevo a tirar los ganchos, los tiro bien, los tengo bien marcaditos, sé tirar gancho al hígado, pero en boxeo amateur se me hace un poco difícil por la rapidez en la que estamos.