Editoriales

Y que nos pregunta: ‘¿Qué hubieran hecho ustedes?’

  • Por: CARLOS LORET DE MOLA
  • 09 ENERO 2017
  • COMPARTIR
Y que nos pregunta: ‘¿Qué hubieran hecho ustedes?’

Cuando un gobierno tiene legitimidad frente a sus ciudadanos, puede tomar medidas drásticas como subir de golpe 20 por ciento la gasolina.

El problema del presidente Enrique Peña Nieto es que no tiene esa legitimidad. Aún peor: cuando se trata de asuntos de dinero, está deslegitimado.

“¿Qué hubieran hecho ustedes?”, preguntó el primer mandatario en su mensaje con motivo del Año Nuevo, que tuvo que adelantar ante la indignación ciudadana, las protestas, los bloqueos, los saqueos, la violencia que se desató por el gasolinazo.

Seguramente a más de un mexicano le vinieron de golpe cuatro o cinco contestaciones.

Porque es cierto que usar el presupuesto para mantener bajos los precios de la gasolina termina subsidiando más directamente a los ricos. Y también es cierto que todos los especialistas llevan años pidiendo que se elimine ese subsidio tan caro y mal dirigido.

Pero en esta nueva medida dura, el gobierno ha vuelto a exhibir el pésimo pulso que tiene de la reacción de sus gobernados y ha radiografiado otra vez su desconexión con el sentimiento popular. Sucedió por Ayotzinapa, por la Casa Blanca, por la CNTE, por Trump y ahora por el gasolinazo.

Si el gobierno estaba resuelto a impulsar una política pública tan impopular como esta, pudo haber acompañado el anuncio con medidas que matizaran la percepción ciudadana de que el régimen no hace más que abusar de sus gobernados y cobrarles más para quedarse con todo.

Me vienen a la mente tres cosas que pudieron acompañar al gasolinazo:

Primero, un programa para mantener subsidiado el combustible para el transporte público y de productos básicos, y al pequeño transportista; que encareciera la gasolina para los ricos pero no implicara que los menos favorecidos tuvieran que gastar más en su día a día por los efectos indirectos. Si consideramos que para todas estas tareas de transporte el gobierno otorga permisos, existe un padrón administrable que pudiera servir para distribuir gasolina menos cara.

Segundo, una iniciativa de ley para que quedaran prohibidos los bonos a diputados, senadores y en general funcionarios públicos. Una de las cosas que más irritó a la gente fue que mientras a todos nos subían la gasolina, a los políticos les regalaban cientos de miles de pesos para despedir el año.

Tercero, un decreto para que a partir de este 2017 no hubiera vales de gasolina para el gobierno. O todos coludos o todos rabones.

No es que me anime a hacer propuestas concretas. Son solamente tres brochazos que llevan como fondo un denominador común: un gobierno sin legitimidad no puede dar un golpe así sin intuir el tamaño de la indignación que desatará ni mostrar sensibilidad ante ella.

Pero sucedió: dispararon el gasolinazo, el presidente no dijo nada y cuando días después, ante el enojo público, no le quedó más que salir a dar la cara, lo hizo improvisando sus palabras, sin mensaje, sin contundencia, dejando más huecos que certezas. Otra vez. 

historiasreportero

@gmail.com


Continúa leyendo otros autores

  • La desgracia nunca viene sola
    Fortino Cisneros Calzada

    POR: Fortino Cisneros Calzada. 09 / Septiembre / 2017 EN: Editoriales

    La desgracia nunca viene sola

    A los estragos provocados por la madre naturaleza en respuesta a los graves daños que le ha infligido la irracionalidad del ser humano, viene a sumarse la locura del presupuesto que ejercerá, a chaleco, el gobierno en el 2018.

  • La CDMX, víctima de una guerra entre reos
    Héctor de Mauleón

    POR: Héctor de Mauleón. 09 / Septiembre / 2017 EN: Columnas

    La CDMX, víctima de una guerra entre reos

    La escalada de violencia registrada en la Ciudad de México desde hace al menos dos años procede en buena parte de una guerra que se está librando en las cárceles.

  • 2018: ¿y los rusos?
    Raymundo Riva Palacio

    POR: Raymundo Riva Palacio. 08 / Septiembre / 2017 EN: Editoriales

    2018: ¿y los rusos?

    Algo en lo que nadie pensó de los rusos en el mundo después de la Guerra Fría, emergió como una realidad amenazadora en los últimos meses, su apetito por entrometerse en procesos electorales, desbarrancar adversarios, fortalecer a potenciales aliados y generar divisiones en una sociedad, hasta polarizarla.

DEJA TU COMENTARIO